SOCIEDAD RURAL

Duilio O. Lanzoni

(Una casa de campo. María acomoda ropa. Hay calma. Ingresa Braulio, su marido)
BRAULIO: ¿Qué tal?
MARIA: Bien, acomodando y remendando ropa... le faltaban unos cuantos botones Braulio, no me había dicho.
BRAULIO: No, si usted se fija siempre...
MARIA: ¿Mucho trabajo hoy?
BRAULIO: Lo de siempre, ni mas ni menos...
MARIA: ¿Ta cansado?
BRAULIO: No.
MARIA: ¿Le hago unos mates o espera la cena?
BRAULIO: ¿Qué hizo de cenar?
MARIA: Un guisito de arroz, con pollo... bah, con gallina, la que matamos anteayer, le puse los menudos.
BRAULIO: Entonces, espero la cena...
(Se sienta)
MARIA: No ha llamado el Leandro, desde hace unos días, ¿vio?
BRAULIO: No precisará nada.
MARIA: Bueno, pero bien podría interesarse en saber como están los padres.
BRAULIO: Si no lo hemos llamado nosotros, el sabrá que estamos bien.
MARIA: ¿Mucho frío hoy?
BRAULIO: No... taba lindo.
MARIA: ¿Así que no quiere unos matecitos?
BRAULIO: No, gracias.
MARIA: Me he pasado el día acomodando el ropero... sacando la ropa para el invierno, ¿vio? La colgué para que se le vaya el olor a naftalina y me puse a zurcir y coser lo roto... Tendríamos que comprar algún pulóver para usted, Braulio, anda medio tiradito de abrigo... están gastados los que tiene...tendríamos que ir algún fin de semana para el pueblo para comprar algo de ropa...¿no le parece?
BRAULIO: Ahá...
MARIA: Podría ser el próximo... bueno, hoy ya no... es sábado y acá estamos... Lástima que tuvo que trabajar hoy... pero en una de esas, el próximo podemos... Mañana no tiene que hacer nada, ¿no?
BRAULIO: No.
MARIA: ¿Lo vio al Juan?
BRAULIO: Y de no... si trabaja conmigo todos los días...
MARIA ¿Cómo anda?
BRAULIO: Bien, ¿cómo va andar?
MARIA: Pregunto por saber... ¿seguro que no quiere unos mates?
BRAULIO: No, mujer, ya le dije que no...
MARIA: Ta poco hablador hoy...
BRAULIO: ¿Hoy?
MARIA: Bueno, siempre... Pero ,que se yo, como hoy es sábado yo pensé...
BRAULIO: ¿Qué?
MARIA: Nada, deje...
BRAULIO: ¿Qué pensó?
MARIA: Ya que mañana no tiene que trabajar...
BRAULIO: ¿Qué quiere, ir al baile de la escuela?
MARIA: No... bueno, si usted quiere, no tengo problemas. Hace tanto que no salimos... pero la verdad, no pensaba en eso...
BRAULIO: ¿Y en qué pensaba?
MARIA: Cenar el guisito y (sugerente) nos vamos a la cama...
BRAULIO: (Sin entender) ¿Y no es lo que hacemos siempre?
MARIA: No, Braulio...nos vamos a la cama... y nos divertimos (Se desprende dos botones de la camisa, pícara)
BRAULIO: Si quiere vamos al baile, María...
MARIA: No, no quiero ir al baile, quiere acostarme con usted...
BRAULIO: No, no creo...
MARIA: Bueno, yo pensaba... voy a traer el guiso (Amaga a salir. Se detiene) ¿Por qué no?
BRAULIO: ¿Cómo dice?
MARIA: ¿Por qué no quiere, Braulio?
BRAULIO: No, no tengo ganas de tomar mate, tomé mucho hoy...
MARIA: No se me escape con cualquier respuesta, Braulio, ¿por qué no quiere acostarse conmigo? Nunca quiere...
BRAULIO: Siempre me acuesto con usted...
MARIA: ¿Usted se cree que soy tonta? Ya se que se acuesta conmigo... pero no me toca, Braulio...¡Hace meses que... que no me coge, Braulio!
BRAULIO (Se sorprende por el exabrupto. Parece que va a reaccionar, pero no lo hace) No se... que se yo... el cansancio...
MARIA: Pero ¿qué cansancio? Antes no podía ni moverse de cansado y no había noche que no quisiera, Braulio...¿por qué?
BRAULIO: No se, María... ni me había fijado... ¿por qué no trae la cena?
MARIA: ¿No le gusto mas, Braulio?
BRAULIO: Pero qué cosas dice, María... vaya traiga el guiso que tengo hambre...
(María sale, pero vuelve al instante. Mira a Braulio que le devuelve la mirada. Se saca la camisa y el corpiños. Le muestra los senos. Se los toca provocativa)
MARIA: Mire, Braulio... ¿no quiere tocarlas..? ¿No quiere hacerme calentar? Dele, bésemelas como hacía antes Braulio... Hágame arder por usted... (Se le va encima, le arrima las tetas a la cara. Parece que Braulio la va a tocar, pero no lo hace. Por el contrario, se para y se aleja, dándole la espalda)
BRAULIO: Tápese, María, por favor tápese...
MARIA: Sea mi hombre como antes... Mire soy toda suya....Si quiere me desnudo toda y lo hacemos acá en la mesa... Venga... venga que lo hago calentar, venga Braulio, lo quiero sentir adentro mío...
BRAULIO: Basta, carajo. Tápese de una vez (La empuja, la tira, pero evita mirarla)
MARIA: ¿Pero qué mierda le pasa a usted, carajo? ¿Tanto rechazo le produzco? Hable, mierda, hable, dígame algo... pégueme si quiere, pero no se quede ahí...
BRAULIO: Usted sabe lo que me pasa... Usted lo sabe...
MARIA: Braulio, hace meses que no me quiere tocar...
BRAULIO: Carajo, María, cállese. Deje las cosas como están. Traiga la cena, después nos vamos al baile si quiere, pero no me haga hablar, se lo pido.
MARIA (Se levanta, sigue semidesnuda, parece calmarse, pero no lo hace) ¿Sabe? No me quiero callar...lo quiero a usted...
BRAULIO: No tengo ganas de... de hacerlo...
MARIA: Braulio... por favor... Si yo se que usted tiene ganas...
BRAULIO : María, cállese. Usted no sabe nada...
MARIA: Si que se, si que se... ¿Se cree que no lo escucho por las noches?
BRAULIO: ¿Qué dice, de qué habla?
MARIA: Lo escucho pajearse Braulio... me hago la dormida pero lo escucho...Y se también otras cosas...
BRAULIO: Si no se calla...
MARIA: ¿Qué?, ¿me va a pegar? Pruebe de callarme... a ver... No se anima, nunca se anima, Braulio... Yo se, lo... lo vi... lo vi hacérselo a la...oveja...Llegué sin que me escuchara. Lo miré y no me animé a decirle nada... No le dije que estaba ahí... Me dio vergüenza, me dio rabia...pero me calentó también, verlo allí, agarrando al animal, con los ojos cerrados...
(Braulio le pega una cachetada. María cae. Braulio se arrepiente de lo que ha hecho, intenta levantarla. Ella se mueve de tal manera que él le toca los senos. Ella se levanta y se le tira encima. El la saca. Los dos quedan en el piso. Toda la acción se desarrolla en silencio)
BRAULIO: Termínela, María... le pido por favor...
MARIA: Hágame algo... mónteme... o dígame que le doy asco, que ya no le gusto...¿Es eso, no le gusto?
BRAULIO: ¿Como no me va a gustar, María?
MARIA: Entonces... dígame...
BRAULIO: No quiero, María, no puedo, no puedo hablar...
MARIA: Hable, hable de una vez... Yo no aguanto mas esto... ¿No se da cuenta de que lo quiero? ¿No se da cuenta que lo necesito porque lo quiero?
BRAULIO: Yo también la quiero, la quiero como... mas que a nada, vea... Pero no puedo...(Amaga a acariciarle la cabeza, pero no lo hace)
MARIA: ¿Pero, por qué? Dígame por qué, se lo ruego.
BRAULIO: Usted sabe, María, para qué hablarlo...
MARIA: No se... dígamelo usted...
BRAULIO: No aguanto, no soporto, no tolero, me hace mierda que se encame con el patrón... si usted lo sabe... ¿Qué se cree, que me gusta ser cornudo y que todos lo sepan? ¿Se cree que es lindo saber que cuando ando juntando la hacienda, o cualquier cosa por el campo, viene el patrón y con la excusa de que le corte el pelo, o las uñas, o de tomarse unos mates, se encame con usted? ¿Usted tiene idea de lo que es saber eso y hacerse el tonto? Andar en el medio del surco pensando en como gozan los dos a mis espaldas, imaginarme mil maneras de golpearlo, de matarlo... y volver... y verla allí... y saber que me arden las tripas de quererla y que me hierve la sangre de sentir que la rechazo...¿De eso quería hablar? ¿Para qué? ¿Para hacernos mierda?... (María se ha tapado los senos. Mira el piso) Se da cuenta... Traiga la cena, y si quiere después nos vamos al baile, que aunque todos lo sepan yo igual me pongo bien de tenerla a mi lado.
MARIA: Yo sabía que usted sabía, Braulio...
BRAULIO: Y yo que usted sabía que yo lo sabía, por eso no quería hablar, María.
MARIA: Pero pensé que lo aceptaba...
BRAULIO: ¿Qué dice?
MARIA: Braulio... el patrón no solo me coge a mi... Se la voltea a la mujer del Juan, y a la Graciela, la cocinera, y a cuanta hembra mas o menos joven anda dando vueltas por esta estancia... Usted sabe Braulio... si yo me hubiese negado...No tendríamos trabajo. ¿Y quién le manda plata al Leandro para sus estudios? ¿Y a dónde vamos a parar sin este trabajo? ¿Qué hacemos?
BRAULIO: A la Chola, la mujer del Juan ¿también?
MARIA: ¿Y qué se pensaba?
BRAULIO: La puta madre... pobre Juan...
MARIA: ¿Pobre Juan? Y pobre Chola, y pobre Braulio, y pobre María y pobre Graciela... pobres todos nosotros que tenemos que someternos a él solo para no perder el trabajo... y por que es así...
BRAULIO: Algún día...
MARIA: Pero usted qué se pensaba Braulio... sabe, la primera vez me arrinconó acá... me violó casi... Usted andaba vacunando... Yo gritaba como una chancha... Me agarró de los pelos y me dijo que me callara... que no le contara nada a usted... que si usted se enteraba no iba a poder seguir teniéndolo de peón...Me dijo que el Leandro era un pibe inteligente y que necesitaba de nosotros para estudiar... ¿Usted quiere que el Leandro trabaje acá? Ahí me di cuenta de cómo venía la mano... Me saqué la ropa despacito, y sin poder parar de llorar...¡me daba una rabia llorar! Me abrí de piernas y dejé que entrara... Cerré los ojos y pensé en usted, Braulio... pensé en usted con todas las ganas... Pensé en que lo hacía por usted y por mi y por Leandro... Qué me importaba que el tipo me jadeara encima... Me hice de piedra, ¿sabe? Y cada vez que viene le dejo que me coja, pero no siento nada...Si quiere, soy una puta... soy una porquería... pero él no me tiene... Yo soy suya Braulio, nada mas que de usted... Solo con usted quiero gozar...No le voy a pedir perdón...Yo sabía que usted sabía...
BRAULIO: (Está como destruido, parece que va a llorar, pero no lo hace) Una vez volví a buscar un abrigo... de esos gastados que tengo... como me decía hoy... Era una mañana de julio... Estaba todo escarchado... Entré, no la encontré, pensé que andaría por el gallinero...Sentí unos ruidos en la pieza... La puerta estaba entreabierta... Me asomé sin pensar demasiado... y los vi... Vi al patrón arriba suyo, moviéndose y resoplando... vi sus piernas abiertas, María... me quedé como helado mirándolos... Pensé en buscar un cuchillo y matarlos... Pensé en irme a la mierda de esta estancia... Pensé, que se yo... Pero... No hice nada. Me volví al medio del campo... Hice fuerzas para no llorar... Tenía las carretillas acalambradas de hacer fuerza. El Juan me miró raro cuando llegué... Se me notaría en la cara. No se. Pero no pude decirle nada...¿Qué le iba a decir?: ¿Soy cornudo? ¿El patrón estaba montándose a mi mujer? A veces no hay nada como el silencio.
MARIA: ¿Y cómo se aguantó..?
BRAULIO: Al día siguiente lo encontré al patrón... Vino a ver como andaba la carga de hacienda... Lo llamé aparte y solo le dije: lo vi...
MARIA: ¿Le dijo?
BRAULIO: Ahá...
MARIA: ¿Y qué le dijo?
BRAULIO: Me miró sorprendido... pero no demasiado, luego miro para el costado y se sonrió primero... me palmeó la espalda y me dijo: Usted no vio nada, Braulio. Usted estaba borracho y le pareció que veía algo, pero no vio nada. Usted quiere seguir trabajando, Braulio y yo lo preciso acá... Pero mas que nadie, el que lo precisa es el Leandro, su hijo. Usted no vio nada, me decía, mientras me palmeaba el hombro y se reía.
MARIA: ¿Y usted que hizo?
BRAULIO. Pensé en cagarlo a trompadas, en clavarle el cuchillo en la panza, en... que se yo, cuantas cosas pensé... pero, ¿sabe qué? No hice nada...
MARIA: Nada...
BRAULIO: Pensé en que no se hacer otra cosa, y que si el patrón me echa, nadie me va a dar trabajo, porque él mismo se va a encargar de impedirlo... Pensé en usted y en el Leandro... y me callé la boca... No dije ni palabra... Me lo guardé a todo...Como un veneno lastimándome, matándome por dentro... Pero no pude volver a tocarla, María... No puedo... Soy un cobarde, soy un montón de bosta, María...
MARIA: No... solo es un pobre tipo como yo soy una pobre tipa...nada mas que eso...( Le acaricia el pelo. El la mira. Parece que va a contestarle la caricia, pero no lo hace. La saca, suavemente. Mira fijo a ninguna parte)
BRAULIO: ¿Cenamos?
MARIA: ¿Y qué vamos a hacer?
BRAULIO: ¿Cómo?
MARIA: ¿Vamos a seguir con esto, igual?
BRAULIO: ¿Y qué podemos hacer, María? Habrá que aguantar, desensillar hasta que aclare, pasar la tormenta...
MARIA: Dejarme con el patrón hasta que sea viejo y no se le pare... Hasta que yo sea una vieja arrugada como pasa...¿Para qué, Braulio?
BRAULIO: Para sobrevivir, que se yo. Para tener un trabajo.
MARIA:¿Es vida, esto?
BRAULIO: Peor la de los que no tienen ni para comer...algún día quizás yo pueda...
MARIA: ¿Qué, Braulio?
BRAULIO: Tocarla, no sentir rechazo... poder estar con usted...
MARIA: Pensé que me diría reaccionar, Braulio... creí que me iba a decir eso...
BRAULIO: ¿Sabe qué pasa, María? No se, no me enseñaron a reaccionar contra el patrón. No puedo.
MARIA: Suerte la suya de ser varón...
BRAULIO: ¿Le parece?
MARIA: Ni se imagina, Braulio. Ni se imagina
(Braulio queda callado. María se acomoda la ropa y el pelo. Termina de doblar la ropa. Se miran, pero nunca al unísono. Cuando se cruzan las miradas uno de ambos la aparta)
MARIA: Voy a traer la cena. Se va a enfriar si no...
BRAULIO: Bueno... quiere que vayamos al baile, luego?
MARIA: No. Quedémonos acá.
(Irrumpe el Patrón. Con una extroversión contrastante con la de Braulio y María)
PATRON: ¿Qué dice la gente, cómo andan... por cenar?
(Parece que Braulio va a reaccionar, se para, se tensa... pero no lo hace)
BRAULIO: Ahá... si gusta...
PATRON: ¿Qué ha preparado de rico, patrona?
(María lo mira, parece que va a reaccionar, pero no lo hace)
MARIA: Un guiso de arroz, con menudos de pollo...
PATRON: Ah, una delicia...Seguro, con esas manos de cocinera... qué digo de cocinera, de chef... Pero no, les agradezco, miren... Pero me estoy cuidando, estoy a dieta... Para bajar un poquito la panza...¿eh? Mi mujer me dice que ya estoy echando la panza típica de los cuarentones... No le voy a dar el gusto... Así que esta noche me como un yogurcito, y ojo, que es todo un esfuerzo despreciar semejante manjar, pero... (Observa la impasibilidad de ambos) Parece que caí en un mal momento... ¿Malas noticias, algún problema con Leandro..?¿anda bien en los estudios, no?
MARIA. Si, si...
BRAULIO: No, ningún problema, patrón. Es que estamos cansados...
PATRON: Claro... lo entiendo... bueno... venía por dos cositas nomás...¿sabés qué, María? ¿Por qué no te preparás un mate, mientras? Así engaño el estómago, viste...(ríe)
MARIA: Bueno, ya lo hago...(sale)
PATRON: Me vas a matar, Braulio. Pero te preciso a las 6 de la mañana... Ya se que es domingo, el caso es que llegaron las vacunas y tenemos que meterle pata... Pero te juro que la semana que viene te lo compenso, te doy unos pesos extras y se van con María al pueblo, o a visitar a Leandro... ¿Me harías esa gauchada?
BRAULIO (Parece que le va a decir que no, pero...) Bueno, como no...
PATRON: Ya estuve con Juan y el también va... Espero no haberles jorobado alguna salida o algo así...¿pensaban ir al baile?
BRAULIO: No, no hay problema...
PATRON: Bueno, me alegro... Viste como es este tema de las vacunas. La veterinaria las estaba esperando desde hace 15 días y recién le llegaron esta tarde, así que bueno...
BRAULIO: Patrón...
PATRON: Decime.
BRAULIO: Estuvimos hablando con la María...
PATRON: ¿De?
BRAULIO: Usted ya sabe...
PATRON: No te entiendo.
BRAULIO: Usted me entiende perfectamente, patrón... no me haga que se lo explique...
PATRON: (Lo mira un instante a los ojos, luego comprende, se ríe) Ah, no te había entendido...¿Así que hablaron con María? Pero mirá que son pelotudos, eh... ¿No te dije que es mejor guardarse ciertas cosas? ¿Para qué les sirve hacerse mierda así? No pasa nada, Braulio.. no te me pongas así. Son boludeces... Decime, ¿dónde te van a tratar mejor que acá, eh? Dónde vas a cobrar lo que cobrás acá, con casa, comida...No tenés televisor porque no querés... No seas boludo, Braulio... Es mejor no hablar de ciertas cosas...
BRAULIO: Pero pasan, patrón...
PATRON: ¿Sabés la cantidad de cosas que pasan por día en el mundo de las que no se hablan? Aprovecha, hermano... Cuántos te envidiarían, a vos, a tu mujer... Además, ¿en qué te cambia que pase esto? Si María te quiere a vos... Ya quisiera decir que mi mujer me quiere como la tuya a vos... ojalá... Sos un afortunado, no tenés de qué quejarte...
BRAULIO: ¿Le gustaría que yo lo hiciera con su mujer?
PATRON (Parece que va a enojarse, pero ríe) ¿Con ese pescado? Por favor Braulio, si lográs que mi mujer tenga un orgasmo te regalo 20 vacas, mirá... Es un témpano, un cubito de hielo...¿Para qué te molestarías en voltearte una hembra así?
BRAULIO: Pero no me dijo si le gustaría o no...
PATRON: Es que es inimaginable... mi mujer... por favor... Además ella... disculpame, son sus palabras... con peones, jamás... Es un pescado como te dije... Pero vamos, Braulio, dejate de joder... vamos a hacer de cuenta que no hablamos nada...¿te parece?
(Braulio parece que va a reaccionar, pero solo agacha la cabeza. Entra María con el mate, le convida uno al patrón)
MARIA: ¿De qué hablaban?
PATRON: Boludeces de hombres, nomás... Está riquísimo este mate... Debe ser por el hambre que tengo...
MARIA: Si quiere, hay guiso de sobra...
PATRON: No me tentés, María...(La mira, de arriba a abajo, mientras toma el mate. María se incomoda al igual que Braulio, pero no lo miran) María, ya que estamos... me andan molestando las uñas de los pies...¿me las cortarías?
MARIA: ¿Ahora?
PATRON: Y, si, me molestan ahora... es un ratito nomás...Ni se les va a enfriar el guiso...
MARIA: ¿Braulio?
BRAULIO: (Parece a punto de estallar, pero no lo hace) Vaya nomás... yo me tomo unos mates mientras... y pongo la olla en la cocina a fuego lento para que no se enfríe...
PATRON: Son cinco minutos, vení María... cortame en la pieza, que no me gusta andar mostrando los pies (Descaradamente le pasa el brazo por los hombros y la manosea. Braulio mira para otro lado)
MARIA: ¿Braulio?
BRAULIO: ¿Qué?
MARIA: Revuelva el guiso, así no se pega el arroz...
(Salen. Braulio Se ceba un mate. Se escuchan ruidos de cama y gemidos del patrón. Aprieta el mate con fuerza. Camina. Amaga ir hacia la pieza. Vuelve. Toma un cuchillo. Lo aprieta. Lo tira sobre la mesa. Se sienta. Solloza en silencio mientras los gemidos del patrón se hacen grito. Se ceba otro mate. Queda impasible mirando a ningún lado. Sale el Patrón, despeinado, acomodándose)
PATRON: Bueno, Braulio, a las 6 arrancamos, no te me vas a dormir. Pero qué te digo a vos, que nunca llegaste tarde... Pero ya sabés, te voy a compensar... La semana que viene se van a ver a Leandro.(Le palmea el hombro) Ah, Braulio, macho viejo... Siempre pienso: si en este país fueran todos como vos, de serviciales y cumplidores, cuánto mejor andarían las cosas... Bueno... me voy yendo, no quiero tentarme con ese guiso. Hasta mañana, hombre... Dejale mis saludos a la patrona...
BRAULIO: Gracias....(Amaga levantarse para acompañarlo)
PATRON: Pero quedate, hombre... Ya me se el camino... Chau. Que descanses...
(Braulio queda sentado en silencio. Solloza. Reaparece María. No se ha acomodado. Las ropas desordenadas como el pelo. Está imperturbable. Ve sollozar a Braulio y se pone a sus espaldas. Amaga acariciarlo, pero la mano se detiene. Braulio advierte su presencia y le ceba un mate. Se lo alcanza. Ella lo toma en sus manos y se sienta lejos de él. El se para.
Camina hacia ella. Se para a sus espaldas. Parece que va a abrazarla. Ella advierte el movimiento y cierra los ojos esperando el contacto. Pero Braulio no la toca)
MARIA: Está haciendo frío...
BRAULIO: Ahá...
MARIA: Se nota que se viene el invierno.
BRAULIO: Si, ¿sabe qué María?
MARIA: Dígame.
BRAULIO: No vamos a ir al baile esta noche.
MARIA: Igual, ya le había dicho que no tenía ganas... pero ¿por qué me lo dice?
BRAULIO: El patrón me dice que llegaron las vacunas. A las 6 vamos a arrancar.
MARIA: ¿Un domingo?
BRAULIO: Es que llegaron hoy a la tarde. Pero dijo que me lo va a compensar. Que nos va a dar unos días para que visitemos al Leandro...
MARIA: Bueno, si es así... esta todo bien.
BRAULIO: ¿Le cebo otro mate?
MARIA: Bueno...
(Se lo alcanza. Ella toma el mate pero aferra la mano de él. Braulio no hace ningún esfuerzo por soltarse, se miran a los ojos. Ambos parecen a punto de quebrarse)
MARIA: Un día de estos... tendríamos que comprarnos un televisor, Braulio...
BRAULIO: (Con mucha determinación) Un día de estos, María, un día de estos
(Quedan tomados de la mano, mirándose. Oscurecimiento final)

No hay comentarios:

Datos personales

Nombre y apellido: Duilio Olmes Lanzoni Fecha de nacimiento: 3 de Julio de 1962 Bolívar pcia. de Buenos Aires Dirección: Alvear 325 Bolívar TE. (02314) 42-4095 // 15416051 // E-mail: duiliolanzoni@speedy.com.ar