VERDAD, LA VACA


Verdad, la vaca

1
(Ingresan a escena Bordona, Quintaescencia y Climatérica. Bordona habla, las otras se ubican a sus costados)
Bordona: Nadie adoraba el fogón en aquel rancho olvidado de la mano de Dios en los confines mismos de la pampa argentina…
Climatérica: En el culo del mundo.
Quintaescencia: Donde el diablo perdió el poncho.
Bordona: (Ignorándolas) Noche de tristeza y malos augurios. Allí en breve, habrá de desarrollarse un drama profundo, cruel, ignominioso…
Quintaescencia: ¡Un drama!
Climatérica: ¡No sabés!
Bordona: Ese ranchito perdido y olvidado es el hogar de Insolao Martiérrez y su mujer, Horizonta Campichuelo. Allí han formado una familia sin par…7 hijas han tenido.
Climatérica: Claro, sin par porque son siete. Y siete es un número primo.
Quintaescencia: ¿Primo de quién?
Bordona: ¡Ah, no! Así no se puede. Quedamos en que yo hablaba y ustedes me acompañaban. Pero si me van a interrumpir a cada rato, me voy y se acabó. Si quedamos de acuerdo en algo, quedamos de acuerdo en algo.
Quintaescencia: ¡Faa, que tautológica!
Climatérica: Si te vas, te irás solo una vez, para mi habrás muerto…
Bordona: Déjenme cumplir con mi deseo existencial como personaje…Si no les cuesta nada.
Climatérica: Bueno, dale… qué pesada.
Quintaescencia: Densa, mercurial.
Bordona: Insolao y Horizonta han parido siete hijas mujeres. Bueno, en realidad las parió Horizonta. Pero queda mejor decir que ellos parieron, configura una forma literaria más empática. Yegua, Burra, Cabra, Floripondia, Quintaesencia, Bordona y Climatérica son los nombres que eligieron los Martiérrez para sus hijas. Las 4 mayores abandonaron el hogar parental en busca de nuevos horizontes y aquí las menores esperan el día y la hora de dejar el nido. Los Martiérrez son pobres, pero acostumbrados. Es tal la costumbre que ya no se dan cuenta de su pobreza. Y el pobre que se acostumbra se cree clase media y obra como tal: a medias.
Climatérica: ¡Aburrido!
Quintaescencia: Un embole.
Bordona: Bueno, basta, así no se puede… No hay caso con ustedes, siempre criticando, siempre destruyendo:
Climatérica: Pero si te lo decimos por tu bien. Mientras hablabas se fueron como 3 personas. No hay tensión, no hay intriga en lo que decís. Te olvidás de la forma. La forma precede al fondo si queremos lograr que el mensaje sea recibido. ¿La cachás?
Quintaescencia: Hace de cuenta que somos tu focus-group. Es un enunciado sin gancho, no captas la atención del otro. No hay rapport… ¿entendés?
Bordona: Y según ustedes, ¿qué debería hacer?
Climatérica: Forma para realzar el contenido. Una idea más auditiva, una construcción plurisensorial con más desarrollo.
Quintaescencia: Concepto, querida, concepto. Vincular lo semántico a lo sensitivo. Atrapar al receptor en torno a un desafío lúdico sobre lo conceptual. ¿La cazás?
Bordona: ¿O sea…?
Climatérica: Vos habla, que nosotros sonorizamos…
Bordona: ¿Por ejemplo?
Quintaescencia: Nombrá algo… un fenómeno climático, ponele.
Bordona: Viento (Las otras soplan y hacen ruido imitando al viento) Ah… bueno. Si así son felices y puedo seguir con mi relato… La modernidad de un radio teatro… En fin… Prosigo. Los Martiérrez son ricos en carencias, en envidia, en frustraciones… (Apelando a la literalidad las otras mujeres intentarán sonorizar el relato) Nada tienen y a todo aspiran. Un par de gallinas, unos perros flacos, una nutria, un gato capón y una vaca componen su hacienda. Insolao ha bautizado a su vaca como Verdad. Así se llama: Verdad. Tuvo un ternero alguna vez, al que llamó Sofisma. En una acción inexplicable, como todas las de Insolao, lo regaló. Uno diría que ese hombre quiere más a su vaca que a sus hijas… (los ruidos y onomatopeyas se han tornado insoportables) Basta, chicas. Es cualquier cosa esto…
Quintaescencia: ¿Vos decís? Para mi quedaba bien.
Climatérica: Ajustando un par de cositas…
Bordona: No, falta síntesis. Es una sonorización que atenta contra el contenido, se subraya, se sobreinforma… Yo sugiero, y ojo que no es más que eso, una sugerencia, sugiero buscar por el lado de la pantomima. Una cosa más despojada, menos estructura, mas post… ¿Se entiende?
Climatérica: Capaz, podría ser…
Quitaescencia: Probemos…
Bordona: (Prosigue su relato, mientras las otras miman y bailan, siempre literales) Horizonta compró una rifa y la ganó. El premio era el Insolao. Así se conocieron y se casaron. Y como quien no quiere la cosa, 7 mujeres tuvieron. Encima, la menor, la Climatérica, en las noches de luna llena se convierte en loba y sale a cazar chongos por el pueblo. Con medio pueblo se ha acostado, la desgraciada.
Climatérica: ¡Pa lo grande que es el pueblo...!
Bordona: Pero esta noche, ay, esta noche… El pequeño castillo de naipes de los Martiérrez se derrumbará para siempre. El sino trágico de la pampa habrá de abatirse sobre esta familia propietaria de dos piezas y un excusado…Cuando los acontecimientos se precipiten nada volverá a ser lo mismo en estos campos olvidados del señor… Noche oscura y sin estrella, noche de tristeza y pena… Solo hay una esperanza… Una de sus hijas… (las otras se detienen y comienzan a observarla) La gran, la bella, la sensual e inteligente Bordona es la única esperanza de aquellos pobres desgraciados…
Quintaescencia: ¡Andá! Ya saliste con la pavada, Bordona.
Climatérica: Se quiere mandar la parte de heroína, la chabona.
Bordona: Era un toquecito de ego, apenas.
Quintaescencia: Lo autorreferencial quita verosimilitud, piba.
Bordona: Al contrario, porque yo lo digo desde mi convencimiento, soy bella, sensual, inteligente. Es mi verosímil ese… Así que…
Climatérica: Pará, pará, rajemos… Ahí viene el Insolao… digo, papá…
Bordona: ¡Uy, cuando se entere! ¡La que se arma!
Quintaescencia: ¿Cuándo se entere de qué?
Bordona: De lo que pasó.
Quintaescencia: Y si diste mil vueltas y no dijiste nada…
Bordona: ¡Es verdad!
Climatérica: Dale, rajemos que ya llega…
Bordona: (Tironeada por las otras para salir de escena) La vaca… la Verdad… desapareció. ¡No hay más Verdad en estos pagos! (Salen al tiempo que ingresa el Insolao)
2
Insolao: Vengan para acá, gurisas, que las escuché… El campo es grande pero el escenario es chico. ¿Cómo es eso que desapareció la Verdad? ¿Dónde está mi vaca? ¿Quién fue? ¿Quién se ha atrevido? ¿Es un secuestro? ¿Piden rescate? ¿Se dan cuenta? Sin la Verdad me he llenado de preguntas. ¿Por qué al pobre gaucho le pasan estas cosas? ¿Por qué llevarse mi vaca en vez de mi mujer? ¿Puede el mundo ser tan injusto? ¿Cuál es el sentido de la existencia? Verdad, Verdad, mi pobre Verdad, por allí andará mi vaca, galopando, galopando… ¡Horizonta! ¡Horizonta, caracho! O esta mujer es sorda o anda otra vez con los auriculares puestos… ¡Horizonta!
Horizonta: Deje de gritar como chancho achurado. Ni un rato de meditación y yoga se puede hacer en estos parajes perdidos… ¿Qué quiere, mal bicho? Hable pues, que no tengo la vida pa andar escuchando sus insulseces…
Insolao: ¡La Verdad, quiero la Verdad! Tan simple como eso, o la Verdad o aquí corre sangre y otras hendiondeces.
Horizonta: ¿La verdad?
Insolao: Eso mismo he dicho, ¿o acaso hablo en esloveno? ¡Quiero la Verdad!
Horizonta: ¿Usted dice por el sodero...?
Insolao: ¿Qué dice, mala mujer?
Horizonta: Porque yo le puedo explicar, no siempre las cosas son lo que parecen y a veces la posición del espectador altera la perspectiva…
Insolao: ¡No me rompa los sacos escrotales, que el horno no está pa bollos y la pava está que hirve! La Verdad, y punto…
Horizonta: Ah, ¿se refiere al almacenero?
Insolao: No.
Horizonta: ¿El masajista? Porque con ese precisamente no…
Insolao: No.
Horizonta: ¿La peluquera?
Insolao: No. Y me voy a seguir haciendo el tonto ante sus respuestas pa no cambiar de conflicto en la mitad del río.
Horizonta: Pero hable, maula, de una vez, que me altera el ciclo menstrual con sus intrigas. ¿A qué verdad se refiere, futuro finao?
Insolao: A la única Verdad, a mi Verdad.
Horizonta: Este taimado pasó frente a un espejo y se creyó Borges, ¿se le bifurcan los jardines?
Insolao: Mi vaca…
Horizonta: Su… Ah, pero hubiese empezado por ahí. Insolao Martiérrez, ¿qué cuernos pasa con su vaca?
Insolao: Pa hacerse la literata debería saber leer, criatura del infierno. No está, la vaca desapareció. Me quedé sin Verdad… ¿Qué hizo con mi Verdad, Horizonta Campichuelo? Hable ahora…
Horizonta: Mire si yo me voy a poner a hacer algo con su Verdad. Usted sabe que no me gusta, que me da impresión. Su Verdad es deforme, patética, cochambrosa. Yo a su Verdad, no la toco ni con un palo, vea.
Insolao: ¿Y cómo puede desaparecer, así como así? ¿No me está mintiendo, no?
Horizonta: Le digo la verdad.
Insolao: Ah, se hace la sarcástica ahora… ¿Qué hago sin mi Verdad? ¿Qué es de la vida del gaucho, si una Verdad donde guarecer sus desdichas, descargar el alma? Me convertiré en un alma en pena, en una luz mala titilante rodando por estos parajes de planicie infinita, sin mi Verdad.
Horizonta: Solo a usted, criollo de artificio, se le ocurre tener a una vaca de mascota. Cuadrúpedo apático y apestoso… La vaca, usted no, usted es bípedo. En lo demás, coincide. No puede tener un perro, un gato, una mulita, un ñandú, un yaguareté mimoso. No, el tipo tiene que tener una vaca.
Insolao: Mujer desalmada y necia. Cuando veo la displicencia majestuosa de una vaca, veo la generosidad de su actitud.
Horizonta: Yo veo un costillar doradito, hecho al asador.
Insolao: Usted piense lo que quiera, pero pa mi la Verdad es mi guarida, mi amparo a las tempestades, mi refugio…
Horizonta: Gaucho difícil, se pone debajo de la vaca cuando llueve…
Insolao: No soy nada sin mi Verdad, solo queda un puñado de mi. Sin la Verdad soy un paria, un perdido… ¿Que es un hombre sin su Verdad? Un barrilete sin cola, una estrella sin rumbo, un gato sin bigotes. Seré la ceniza de lo que fui.
Horizonta: Y por su poca sustancia, usted va dejar menos ceniza que un pucho. ¡Usted tiene una obsesión casi asnal con ese bovino! ¿Ve? Si no hubiese regalado al Sofisma, el ternero, al menos se consolaría con él.
Insolao: Le voy a confesar algo, Horizonta. El Sofisma fue un desliz de la Verdad. Un mal momento. No podía dejarlo con ella, para que le recordara su tropezón.
Horizonta: ¿Qué se fumó en el boliche, disfraz de gaucho?
Insolao: Recuerdo aquella noche de verano. Hacía mucho calor, mucho. Yo vide con estos ojos al sodero salir corriendo desnudo del corral de la Verdad. Me acuerdo del calor porque a usted me la encontré toda sudada y agitada, ¿se acuerda? Tiempo después de aquella pérfida noche, nació el Sofisma. Y no habría de ser yo quien alimentara a ese ternero hijo del sodero, no señor.
Horizonta: Dicho así… ¿Y por qué no me lo dijo antes, velay?
Insolao: Porque así, de esta manera, el público también se entera. Pero basta de cháchara, ¿dónde está la Verdad, dónde quedó mi niñez, veredas que yo pise, malevos que ya no son?
Horizonta: No sé, no me preocupa. Tengo asuntos más importantes a los que atender.
Insolao: Ah, se hace la CEO este boceto de mujer. ¿Y que puede ser más importante que la Verdad?
Horizonta: La apariencia.
Insolao: ¿Qué dice, china desvencijada?
Horizonta: El marmota no se acuerda. Tanto joder con la Verdad se olvidó que hoy viene el pretendiente de las chicas.
Insolao: Tiene razón, Horizonta. Es que sin Verdad estoy desorientado. ¡El pretendiente! ¿Pretendiente de cuál de las tres?
Horizonta: De la que sea, Insolao, de la que sea… Ya no tenemos recursos pa alimentar a todas, y si tenemos que seguir simulando prosperidad, hay que achicar la parada, o nos vamos a los caños…
Insolao: Pero no sabemos si habrá pretendiente… Al fin y al cabo pusimos un aviso en el folletín de la parroquia, ofreciéndolas…
Horizonta: Cualquiera que las vea y las conozca, vendría.
Insolao: Mi miedo es ese. Que las hayan visto y las conozcan. (Se siente que alguien palmea las manos llamando) El pretendiente, justo hoy, justo el día en que me quedo sin Verdad… ¿Por qué tantas tramas juntas? (Vuelven a golpear las manos)
Horizonta: ¡Oiga, atontado! ¿No escucha que golpean las manos? ¿No piensa abrir la tranquera?
Insolao: Ah, ¿están llamando? Y yo que creí que me estaban aplaudiendo.
3
(Reingresa Insolao acompañando al Pretendiente, que lleva un pequeño bolsito)
Insolao: Pase, amigazo, pase. Siéntase como en su rancho. La casa es chica pero mugrienta, igualita que la patrona. Pase, pase.
Marto: Permiso, permiso, buenas patrona.
Horizonta: Pase, buen hombre, pase¿Gusta algo? ¿Mate, caipiriña, sake? ¿Guisito de albóndigas, dulce de mondongo?
Marto: No, muchas gracias, hace rato me comí una sartenada. Muy amables en dejarme entrar...
Insolao: Faltaba más, compadre. No sabe la alegría que nos está dando… ¡Ta difícil la cosa! Su presencia es como un bálsamo, un brote verde en este páramo desventurado.
Horizonta: Claro, se imaginará, acá son 5 bocas que alimentar. No hay rentabilidad así, los ingresos son escasos. Y eso que a las cuatro hijas mayores ya las privatizamos. Pero ansina es la cosa, achicar el estado para agrandar la economía.
Insolao: Pemitame presentarme, caballero. Insolao Martiérrez a sus órdenes. Mi peor es nada: Horizonta Campichuelo, que es mala en sus días buenos.
Marto: Encantado, mucho gusto. Marto Legrotaglie para servirlos.
Horizonta: Ya andaba desconfiando yo que naides leyera el aviso en el folletín… pero por suerte siempre hay gente dispuesta pa todo…
Insolao: Así que, imagino, muchacho soltero, con ganas de echar raíces, de formar una familia.
Marto: Eh…
Horizonta: Un futuro, una prosperidad, un proyecto de vida, con buen trabajo, posibilidad de ahorro… ¿Qué trabajo tiene, Marto?
Marto: Bueno, yo…
Horizonta: Porque pa gente que le hace asco al trabajo, no hay como el Insolao. Vago, vividor, aprovechado, parásito, tramposo. Cada vez que encuentra uno, lo devuelve el muy zaparrastroso.
Insolao: ¿Pero qué dice, china respondona? Bien que me envidian tuitos en el pago mi trabajo de sensor.
Marto: ¿Es censor el señor? ¿Censura películas, libros...?
Insolao: No, no. Sensor, con “s”. Soy sensor de tormentas. Tuitos los días me voy a la esquina más alta de la loma. Allá, ¿lo ve? Y ahí me instalo a observar el cielo, pal lau que se juntan los nubarrones. Y cuando se viene entro avisar: ¡Viene lluvia! ¡Viene viento! ¡Cayó piedra en Urdampilleta!, y así… Labor de responsabilidad, la mía.
Marto: ¿Y le pagan bien?
Insolao: No, una miseria, pero estoy más alto que tuitos los otros.
Horizonta: No se me deriven en zonceras, a ver, al grano. Usted, Marto, apropíncuese que ya mesmito le voy a buscar a las gurisas, pa que elija…
Marto: ¿Para que elija?
Horizonta: Deje de contestar con otra pregunta que me hace acordar al raquítico este. Si hombre, pa que elija de entre las tres hijas cuál se lleva.
Marto: Debe haber una confusión acá.
Insolao: ¿Usted no vino por el aviso?
Marto: ¿Qué aviso?
Insolao: El del folletín de la parroquia: “Vendo hija a elección, lista pa casarse o aquerenciarse. Papeles en regla. Precio a convenir. Sin devoluciones. Tratar con los Martiérrez”
Marto: No, nada que ver. Yo ando vendiendo agendas y almanaques. Ando recorriendo todos los ranchos. De eso vivo.
Insolao: ¿De recorrer ranchos?
Marto: De vender agendas. Pero ojo. A no confundirse. Yo vendo agendas y almanaques pero no cualquier agenda, ni cualquier almanaque. No, señor. Vengo, directamente de la historia, a venderles agendas viejas, almanaques de años pasados. Y ustedes se preguntarán, ¿para qué quiero yo una agenda de un año que pasó? Y ahí, ahí mismo está la gracia. Usted toma una agenda. Por ejemplo del año 98. La abre al azar y se encuentra, no sé, con el 1 de febrero. Entonces se pregunta, ¿qué hice el 1 de febrero de 1998? Se esfuerza, se exprime y se acuerda. Dice, que se yo: era carnaval y me disfracé de hombre araña. Anota, y ya está, un recuerdo que creía perdido es recuperado. O sea, caballero, dama, comprar una agenda, un almanaque antiguo: ¡es volver a vivir! ¿Cuántos quieren?
Insolao: Pero mire qué bien…No se me había ocurrido. ¿Tiene de 1989?
Horizonta: Y una que creía haberlo visto todo. ¡Qué hace, paspado! Lo único que falta es que se compre una agenda vieja, lo único que falta. Y a usted, tirifilo de pueblo: mis hijas están convencidas que hoy viene el pretendiente…Y yo a mis hijas no les quito la ilusión más de una vez por día. Así que vendedor de lo que sea, ¡usted va a ser el pretendiente! Le guste o no.
Marto: Pero…
Horizonta: ¡Qué pero ni pero! Se hace el vivo y lo agarro a lonjazo limpio. Dos alternativas tiene, o es el pretendiente o lo estaqueo al sol pa que lo agarren los chanchos.
Insolao: Pa terca: la Horizonta…No se resista, es al cuete. Se sale siempre con la suya esta malevolencia de la naturaleza. A mi me agarra con la toalla mojada y me grita: ¡Esto es violencia de género! No sabe las palizas que me da. ¿Está casado, comprometido, algo de eso?
Marto: No.
Insolao: ¿Le gustan las mujeres?
Marto: Si.
Insolao: Entonces no le dé más vueltas, compadre. Elige a una y ya  está. No le voy a decir que son Las Mujeres, pero mujeres son. Peor es nada. Aunque si me dice ahora a mi, mejor nada que la Horizonta. A más, le tiro unos pesos, llegado el caso…
Marto: ¿Y puedo elegir?
Horizonta: Claro, la que quiera. Por eso no hay problema. Si no se decide, sorteamos. Eso tiene arreglo.
Marto: Y si elijo una, ¿me compran una agenda?
Insolao: Dos.
Horizonta: Mire que es fácil pa los negocios, usted.
Marto: Entonces… bueno. Total. Mas peor no se puede andar.
Horizonta: Vaya Insolao, hágale recorrer el campito, preséntele a la hacienda que endemientras voy a buscar a las chicas.
Insolao: Venga yerno, acompáñeme, de paso, ayúdeme a buscar la Verdad.
Marto: ¿La verdad?
4
Horizonta: Queridas hijas, hay un momento en la vida en que los papás pájaro empujan a sus polluelos a abandonar el nido… Porque el nido es pequeño para tanto pajarito. Considerando la edad de ustedes, y que más que pajaritos son pajaronas, es hora que remonten vuelo, hijitas mías. Una de ustedes será elegida hoy por el pretendiente y vamos a achicar un poco el gasto público. Ya es hora de dejar de comer de la teta del estado parental.
Bordona: ¿Tamos lindas, mamá? ¿Presentables?
Quintaescencia: ¿Vamos a llamar la atención del señor? Mire, mamá, me pinté las uñas con el látex que sobró de cuando pintamos el excusado.
Bordona: Y yo maté un pollito para pintarme los labios con la sangre, ¿está bien rojos, no? ¿Estoy sexual?
Quintaescencia: Por más que a la mona la vistan de seda, es al ñudo que la fajen.
Bordona: ¿Cierto que me va a elegir a mi, mamita?
Quintaescencia: Pero ¿qué decís, nenita? A mi me va a elegir. Soy mayor, más buena, más linda, más inteligente. Creo más empatía que vos.
Climatérica: A mi no me cuenten. Yo me quedo con mis noches de luna llena. No preciso un hombre diario, aguantarlo todos los días. No, no.
Horizonta: Si te elige a vos, no hay tu tía. Además quien te dice que no te cure de tu enlobamiento.
Climatérica: ¿Y quién le dijo que me quiero curar? Yo estoy muy bien así.
Bordona: La Clímax se autoexcluye y esta chirusa de Quinta no corre. ¡Me va a elegir a mi! Decile mamá, decile… ¿No que yo soy más inteligente que Quinta? Además, mi fenotipo da más de señora de su casa. Más normal. En cambio la loca esta parece cualquier cosa.
Quintaescencia: Vos parecés cualquier cosa, desgraciada. Cuando salgo con ella los chicos me gritan: ¿Qué hacés Quinta, ya sacaste a pasear a la monita?
Bordona: A la bonita, dicen, tarada. Encima es sorda. En cambio cuando salgo con ella a mi me gritan: Bordo, ¿te compraste un galgo?
Quintaescencia: ¡Qué pavada, mamá, está inventando! Decile algo.
Climatérica: Acompáñenme cuando salgo de loba y después me cuentan, ya van a ver como se les pasan todas esas cosas de pendejas.
Bordona: Callate, vos, trola mensual.
Climatérica: Mamita, mirá lo que me dice. ¡Pichón de ñandú!
Quintaescencia: ¡Caras mal dibujadas!
Bordona: ¡Esqueletos con protuberancias!
Climatérica: ¡Curva inferior de las estadísticas!
Quintaescencia: ¡Medias de distintos colores!
Horizonta: ¡Chicas, basta! ¿No les he dicho hasta el cansancio que es de mala educación hablar con la cabeza vacía? Cállense, que ha llegado el momento de darles unos sabios consejos…
Las tres: Si, mamita, sí. La escuchamos, querida mamá.
Horizonta: Sepan, mis queridas hijas, que lo primero en la vida es la apariencia. La gente no es, solo parece. No importa qué hagamos, no señor. Lo que importa es lo que parecemos, somos un packaging. Un envoltorio. Lo de adentro se adecúa a las circunstancias. Ustedes están primero, siempre. No anden jodiendo con la solidaridad, ayudar al otro y esas cosas que las desviarán del camino del éxito. A lo sumo, si tienen la suerte de tener mucha plata, practiquen la caridad. Reconforta, libera culpas y nos hace parecer más buenas. Y evita que nos mezclemos con los otros, los más pobres. Sean hipócritas, sonrían siempre, critiquen por la espalda. Sepan los secretos de los demás, critíquenlos cuando hagan trampas o sean corruptos, pero no pierdan la oportunidad de serlo ustedes. Pero parezcan siempre honestas. Porque eso es lo que importa, no me voy a cansar de decirlo, lo que parezcan es lo que son. Sigan siempre a la corriente. Sumisas con los ricos, altaneras con los pobres. Dejen que los demás piensen y hablen por ustedes, solo repitan lo que dice la mayoría. Tengan éxito, que lo demás no importa nada.
Climatérica: Es horrible lo que dice, mamita.
Quintaescencia: Espantoso.
Bordona: ¿Y los valores?
Horizonta: Chiquitas mías, ya están en edad de saber que los valores son los padres.
Climatérica: Usted está equivocada, mamita. Ansina no es vivir. Además de qué me habla si somos tan pobres que hacemos tres comidas con el mismo hueso.
Bordona: Sorteamos los arroces.
Quintaescencia: Compartimos un gajo de naranja.
Climatérica: Estamos tan secos que cada vez que queremos escupir, silbamos.
Horizonta: Si, pero aparentamos que estamos bien. Y tuitos los vecinos hacen lo mismo. Tenemos mucha dignidad para mentir.
Quintaescencia: Si la escucha, papá, la rabia que le puede agarrar.
Horizonta: ¿Su padre? ¿Rabia? No me hagan reír que tengo aftosa. Aprovechen que una vez les he dicho la verdad.
Bordona: Eso no puede ser la verdad. Usted dice esas cosas pa asustarnos, nomás.
Climatérica: Nos quiere hacer pensar por antítesis.
Quintaescencia: Claro, hay que hacer justo lo contrario a lo que ella dice…
Horizonta: Piensen lo que quieran, gurisas. Ustedes creen en los cuentos de hadas todavía. Les falta vivir como he vivido yo. ¡Una vida de apariencias! Sé de lo que hablo. Pero tranquilas. La juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo.
Bordona: Yo, cuando el señor me elija, voy a hacer exactamente lo contrario de lo que dijo.
Quintaescencia: Dejalo para más adelante, que me va a elegir a mi.
Bordona: ¿Ves, mamá? Es ella la que empieza. ¡A mí me va a elegir!
Quintaescencia: ¡A mi, te dije, imbécil!
Bordona: ¡A mi, estúpida! (Comienzan a gritarse. Horizonta se desentiende. Climatérica trata de calmarlas)
Climatérica: Chicas, chicas, tontas, hermanitas, paren. (Al ver que la ignoran, comienza a saltar y canta) Yo te quiero dar, algo de corazón, iremos a festejar, hasta que el mundo se abra en dos… (Las otras dos se suman a la canción, saltando. Ingresan Insolao y Marto. Se detienen estupefactos. Marto, tras una breve duda, se une al coro. Horizonta, harta, se va)
Insolao: La pucha… la pampa argentina ya no es lo que era.
5
Insolao: A ver, chinitas, ¿qué pasa? ¿Tanta profunda enseñanza, tanto sabio consejo para esto? Tanto estudiar a Kant y la duda metódica, al verlas así me hace pensar en un método dudoso. Si es que están en condiciones de degustar el juego de palabras.
Todas: Perdón, tatita.
Marto: Disculpe, tatita.
Insolao: Y usted no me diga “tatita”, disgraciau. A lo sumo será, luego de la transacción correspondiente, hijo político.
Marto: Disculpe, me dejé llevar por las circunstancias tatita…político…futuro… Eso.
Insolao: Bueno, basta de vueltas y pavadas. Terminemos de una buena vez con esta intriga, ¿ande está la Verdad?
Bordona: En lo profundo del ser que, despojado de la parafernalia de la relación con los otros, se expone crudo y vivo frente a la inminencia de la muerte.
Quintaescencia: En la proyección de nuestros deseos en otro que nos sirve de espejo y comparación, para descubrir nuestras virtudes y miserias.
Climatérica: En lo fáctico. En los hechos sin adornos y sin objetivaciones, en la condición de verosimilitud que cada cual descubre y transfiere, tatita.
Marto: En el… en la… no sé.
Insolao: Pero mire usted, las guainitas me toman pal churrete. ¡Dignas hijas de la madre que las parió! No estoy haciendo metafísica, zopencas. Pregunto ande está Verdad, la vaca.
Todas y Marto: Ahhh.
Bordona: Ya me parecía a mi que el tata no es tan profundo.
Insolao: ¿Qué saben de la vaca?
Marto: La vaca es un animal todo cubierto de cuero…
Insolao: ¡Cállese, sotreta!
Climatérica: Yo la vide con estos ojos. Tatita. Era de mañanita… se sintieron extraños sonidos y de pronto, como de la nada, apareció una banda de forajidos a caballo… ¡Hablaban en inglés, tatita! Y se la llevaron… Se robaron a la vaquita unos cowboys cuatreros.
Marto: ¿Denserio?
Quintaescencia: Nada que ver, nada que ver. No le crea a la Clímax. No jue así. Es cierto que era de mañanita. Pero no había extraños sonidos. No, no. Había un silencio atroz, conmovedor. ¡Hasta las moscas se callaron! Y, de pronto, ¡una luz en cielo! No sabe el julepe que me pegué, tatita. Un ovni, un ovni que extendió un halo de luz y abdujo a la Verdad. Y ella mugía y mugía mientras subía al cielo. Y así, hizo ¡puf! Y desapareció con la querida vaca.
Marto: ¡No joda!, ¿de verdad?
Bordona: Estas no saben nada, no les crea. Si estaban durmiendo como marmotas cuando todo sucedió. Era de mañanita. Una quietud que presagiaba tempestades se imponía en el agreste paisaje pampeano. Hasta que, de pronto, una espesa nube de polvo dominó el horizonte. Gritos, alaridos, caballos al galope. ¡Los indios se la llevaron! Eso fue lo que pasó, tatita.
Marto: ¿Los indios? ¿Un malón?
Bordona: No, no. Indios de la India. Hindúes. Se la llevaron para aumentar su colección de vacas sagradas. Ahora la Verdad es sagrada, alégrese… tatita.
Insolao: Ahora, digo yo… ¿A mi me ven la cara, es la personalidad, es que soy demasiado bueno, o es un sino determinista que me convierte en el boludo de la familia? ¡Dejen de mentir, gurisas! Yo a su madre le creo las mentiras porque las impone con la convicción del garrote, pero ¿con qué necesidad me mienten ustedes?
Marto: ¿No era cierto? Y yo que me creí todo.
Insolao: ¿Y cómo se va a creer todo si eran todas versiones distintas? Como que le falta un golpe de horno a usted.
Marto: Es que pensé que era el mismo hecho contado de diferentes perspectivas. Al fin y al cabo todas las cosas son según la posición del que mira.
Insolao: Ah, un inocente. Almita de dios. Pobrecito, la que le espera con cualquiera de estas manipuladoras de la realidad… En fin… Y ustedes, ¿por qué mienten?
Quintaescencia: Por piedad, lo vemos a usted tan triste porque desapareció la Verdad, que preferimos consolarlo con una pérdida imposible.
Bordona: Por piedad y compasión, pa que no sufra, viejito.
Climatérica: Es preferible una mentira amable, a una Verdad ausente, tatita. Lo hicimos por usted.
Insolao: ¿Pero qué es este misterio insondable que no logramos desentrañar? La vaca no es un gatito que se escapa por los tapiales. Es grande, pesado, lento, rumiante, con un estómago dividido en cuatro. ¡No se puede esfumar! ¡No puede desvanecerse en el aire, caracho! ¿Dónde está mi verdad? ¿Por qué caminos de ausencia andará ahora? Ay, mi vaca querida. ¿Qué es un gaucho sin su Verdad? Una nada que camina.
Marto: Y si usted no tiene una Verdad, cualquiera le enchufa la suya…Tatita, no… Don tatita… Don este hombre, eso.
6
(Reingresa Horizonta)
Insolao: ¿Y usted, dónde andaba mi pior que nada? ¿Se fue a repasar la letra?
Horizonta: ¿Qué dice, arado testicular? Fui a esperar al sodero, que suele llegar a esta hora.
Insolao: ¡Qué obsesión tiene con la soda, ensayo de mujer! Todo el día jode con la soda… A más ¿me puede explicar porque el abombao del sodero trae un sifón por día en vez de traer un cajón a la semana?
Horizonta: No joda, Insolao… Son cuestiones empresariales que usted no entendería. Tiene que ver con la rotación de stocks. Pero deje de palabrería hueca, sarnoso, y vamos a lo nuestro. Hoy despachamos otra gurisa. A partir de mañana se comerá un poco mejor en este rancho.
Insolao: Crecen las chances en el sorteo de arroces.
Horizonta: Bueno, a ver, muchacho (a Marto), venga pa ca que voy a explicarle el procedimiento.
Marto: Si, señora, sí. A sus órdenes.
Horizonta: ¿Ve esas muchachas de ahí?
Marto: ¿Cuáles, esas?
Insolao: Está sobre entrenado el tipo.
Horizonta: Y si…si no hay otras.
Marto: Yo para cerciorarme.
Horizonta: Cerciore, cerciore… Esas son nuestras tres hijitas menores: Quintaescencia, Bordona y Climatérica Martiérrez. Todas tienen un mismo apellido por la necesidad de un denominador común. ¿Se entiende?
Marto: Claro, son hermanas… Si son igualitas… Igualita a usted, doña y a usted también, tati… Tati, ¿le dicen Tati a usted, no?
Insolao: Con tal de achicar el gasto, dígame como quiera, Martito.
Horizonta: Siga con la explicación, haragán.
Insolao: Aura vamos a hacer una exposición de los productos. Producción casera son… No le digo de mostrarle la fábrica porque perderíamos un tiempo precioso, pero son fatto in casa, las tres.
Horizonta: Con las cuatro mayores hicimos círculo cerrado de adjudicación. Salían por sorteo o licitación. Eran otros tiempos, había menos oferta y más demanda. Ansina como lo ve, parte de este rancho salió de ese procedimiento. A Floripondia, la última, la adjudicamos por licitación… El marido nos dio una… vaca…Uh…
Insolao: (Rompe a llorar) ¿Pa qué me hizo acordar, gaucha ladina? Lo hizo a propósito… Mi vaca, mi Verdad… Extraño su andar lento, como perdonando al viento. Su boca masticante, sus ojos mansos e inexpresivos. A ella yo la podía mirar a los ojos, no como a usted, Horizonta, que la miro y tengo miedo… Ella era pan, era más, era la que estaba por acá.
Climatérica: No llore, tatita, que me va a hacer llorar a mi
Quintaescencia: Yo ya estoy moqueando…
Bordona: Eso es porque tenés sinusitis, tarada.
Insolao: ¡Déjenme llorar tranquilo, sabandijas! ¿Qué clase de hombre de campo sería si no llorara todo el tiempo?
Horizonta: Terminemos de una vez con la lacrimogeneidad de la situación. A ver, maulas y sotretas… Comenzamos con la exposición: Vemos pasar a la mayor de las hijas solteras: Quintaescencia: lava, cocina, plancha, abre la puerta para ir a jugar, posee estudios que son irrelevantes ya que el conocimiento sin poder económico es gastar pólvora en chimangos (Quintaescencia y las demás desfilan como en una pasarela. Al culminar el recorrido, hablan)
Quintaescencia: Yo creo en la paz mundial, en el amor, en los pajaritos de colores y en la revolución de los explotados contra los explotadores que unirá a los desclasados… (Horizonta la silencia abruptamente)
Insolao: Ahora veremos desfilar a la sexta, la Bordona: Trabajadora, tenaz, incansable, capaz de roturar la tierra a mano. No cocina, ni lava, ni plancha, pero igual sirve para actividades de mucho esfuerzo físico. Ve gente muerta. Ha sido cultivada. La plantaron un montón de veces.
Bordona: Yo abogo por un mundo sin hambre, sin guerra, sin matanzas de focas, sin encendido de focos, volver a lo primitivo, las cavernas, los dinosaurios, el big bang… (Insolao la hace callar)
Horizonta: Y por último, y no menos importante, la benjamina…Climatérica. Climatérica Benjamina Martiérrez. Inteligente, aplicada, servicial. Se traviste en loba en las noches de luna llena, convirtiéndose en come hombres, ninfómana, dominatriz. La entregamos con cadenita pa atarla al árbol en esas situaciones…
Climatérica: Mi meta es la expropiación y estatización de todos los medios de prensa. Eliminando de cuajo la opinión publicada que se convierte en opinión pública, dejaremos que florezca el pensamiento crítico… (Horizonta la saca de una oreja)
Insolao: Finalmente, Insolao Martiérrez. Fino hombre, guapo, inteligente, prometedor, hábil, varonil, emprendedor, poeta, guitarrero…
Horizonta: ¿Pero qué hace, sotreta, vago, mal entretenido, mendaz, haragán, atrasado, cavernícola, esperpento? ¿Qui si hace el lindo, machirulo con hipo?
Insolao: Y bueno, me entusiasmé…
Horizonta: Mírenlo al infeliz… a ver chicas, número final:
Las tres: (Cantan) Somos las chicas de Martiérrez, las que producen quiebre, de la mediocridad. Somos alegres, quilomberas, baratas costureras, somos lo más, somos lo más.
Horizonta: ¿Y, ya decidió?
Marto: No es tan fácil, si me apuran así, me abatato. Tiene que ser una decisión meditada, elaborada, profunda, sustancial…
Insolao: No joda, hombre. Ni que le fuera la vida, tampoco son tan…(Las mira) Son tan, pero no es para tanto. Míreme a mi, acá, sobreviviendo.
Marto: Tengo dudas.
Horizonta: Ah, jactancioso el hombre, duda y todo…
Marto: Y digo yo, ¿qué pasa si me voy llevando de a una en vez a prueba? Dos o tres meses con una, endispue la traiga y llevo otra… Y así. Digo, se me hace la única manera de tener una certeza más acabada. ¿Le parece ña Horizonta, don Tatita…? Don Tati, don Tati.
(Horizonta e Insolao se consultan con la mirada, se ponen de acuerdo)
Insolao: Una alternativa interesante…Por un tiempo menos sorteo de arroces… y de lentejas. 8 lentejas por guiso echa la Horizonta…
Horizonta: Si usted acepta al término del período de prueba quedarse con una, no veo el incoveniente.
Marto: Bueno, me parece una buena solución…
Bordona: Pare mano tallador.
Quintaescencia: Corriéndose para el fondo que hay lugar.
Climatérica: Se acabó lo que se daba.
Horizonta: ¿Y ahora, qué pasó, gurisas?
Insolao: ¡Rebelión en la granja!
Bordona: Considerando los cambios de época. Las transformaciones progresivas de los paradigmas machistas, hemos analizado con las chicas que esta situación atenta contra la base de nuestros postulados ideológicos.
Quintaescencia: Mal ejemplo seríamos si avaláramos con nuestra conducta esta subasta retrógrada y perniciosa pa la conductas de todas las chinitas del pago y sus alrededores.
Climatérica: Es por eso, tatita, mamita, que no vamos a aceptar este período de prueba de la manera en que está planteado. Vamos a invertir la carga de la misma. Este individuo, llamado Marto Legrotaglie, será testeado por nosotras, para comprobar su idoneidad o no como futuro marido.
Insolao: ¿Cómo dicen?
Horizonta: ¡Hijas de mandinga!
Bordona: A partir de ahora y comenzando ya, nos llevamos al Marto pa la piecita nuestra. Allí será cabal y concienzudamente examinado en todas y cada una de las situaciones maritales que sean menester.
Quintaescencia: Lo haremos con fruición, responsabilidad y minuciosidad, para tener una conclusión clara y contundente, finalizado el período de prueba.
Climatérica: No aceptaremos condicionamientos temporales de ningún tipo. Lo haremos con dedicación y esmero. No tenemos plazos, sino objetivos. (Se lo llevan entre todas)
Marto: ¡Ayuda, suegros! Me secuestran… Avísenle a mi familia… Socorro…
Horizonta: ¡Pobre muchacho! ¡No sale vivo!
Insolao: ¡Tiritas lo van a hacer!
7
Horizonta: Una boca más que alimentar. Nos salió mal el intento de cambio.
Insolao: Fuimos por lana y salimos trasquilados. Que lo parió.
Horizonta: Cambiamos futuro por pasado, ahijuna.
Insolao: En vez de sortear arroces, vamos a tener que sortear quién come.
Horizonta: Pero la frente en alto, disgraciau. Pal afuera somos casi magnates, no se olvide.
Insolao: La apariencia bien entendida, empieza por casa. (Ingresa doña Caléndula)
Horizonta: ¡Doña Caléndula, comadre! ¿Cómo dice qué le va? Si me aguanta que se termine de orear la yerba le cebo unos mates. Pase, pase.
Insolao: No me diga que nos viene a invitar a cenar.
Doña Caléndula: ¿Cómo andan, vecinos? Permiso. No quería molestar, pero tenía que venir a contarles.
Horizonta: ¿Qué cosa, doña Caléndula?
Doña Caléndula: Ustedes dirán, ¿y a esta quién le dio vela en este entierro? ¿Quién dijo mascarita para que toque el pito? ¿Quién dijo carnaval para que apriete el pomo?
Insolao: Esta doña Caléndula…
Doña Caléndula: Parecerá que me meto donde no me llaman, o que me llaman donde no me meto, porque al fin y al cabo el que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen, que también podría ser que el que se va sin que lo llamen vuelve sin que lo echen…
Horizonta: Abrevie, comadre, que después se olvida de lo que venía a contar…
Doña Caléndula: El caso es que temprano, de mañanita… Yo me levanto temprano porque riego las plantitas que tengo en el fondo, el trigo, el maíz, la soja, el girasol, las vides… Si no los riega una no es lo mismo, ¿se da cuenta? Así que empiezo con la pavita a echarles agua… 18 horas me lleva el riego, pero están lindísimas las plantas…Cualquier día pasen a verlas y van a ver qué hermosura.
Insolao: ¡Doña Caléndula! Que me revienta la fábrica de semillas de muchachas…
Doña Caléndula: Ay, sí, perdonen. Ya saben cómo soy… Justamente hoy mi marido me decía: Caléndula, me empezás a contar una cosa y yo capaz que me hago unos mates, me como unos bizcochos, me voy al almacén, me juego un truco en el club y cuando vuelvo seguís en el mismo punto. Va mucho al club, mi marido, habitué dice que es. Yo no sé muy bien qué quiere decir eso, pero…
Horizonta: ¡Comadre! Que no tenemos todo el día… Al grano, pues…
Doña Caléndula: Ay, no me puedo contener, disculpen… La vaquita… la de ustedes.
Insolao: ¿Qué pasó con la Verdad? ¿Qué? Cuente, vamos…
Doña Caléndula: ¡Qué flaquita está! Puro hueso la pobre, da pena verla…
Horizonta: Se puso a dieta pa que le entre la bikini. ¿Qué pasó con la vaca?
Doña Caléndula: La vide a la mañanita, con ese tranquito relajado que tiene. Salió caminando así, despaciosa, de acá, masticaba la pobre… Se ve que estaba comiendo algo duro o que se está quedando sin dientes, porque no paraba de masticar. Pasó por el rancho nuestro, me saludó así con la cabeza, tan educada que es, pobrecita, animalito de dios, y se metió en la estancia que está allá pal fondo.
Horizonta: ¿En la estancia?
Doña Caléndula: Ahí mismito… Entro casi sonriente le diría. Y yo pensaba: ahí, capaz que come…mas… No porque ustedes no le den de comer, no quise decir eso. Pero el estanciero tiene más pasto.
Insolao: Pero ahí hay miles, millones de vacas como ella. Malhaya. He perdido a la Verdad. La pampa es inmensa, la Verdad, pequeña.
Horizonta: Pero no sea pesado y vaya a buscarla, no sea  haragán.
Insolao: Horizonta, que no es de haragán. ¿Cómo reconozco a mi Verdad entre tantas? Acá era única, la desgraciada… Allá una en el infinito mar de verdades que el estanciero tiene.
Horizonta: Caracho… Tiene razón por una vez, gaucho malhabido. Esa vaca se perdió en la multitud. Encima si el estanciero lo ve merodeando, lo va a sacar carpiendo. Más desconfiado es ese ladino…
Doña Caléndula: Bueno, los dejo, vecinos. Que tengo que seguir regando las plantitas… No se vayan a creer, ya casi termino. 82 hectáreas me faltan. Pero tenía que hacer un alto pa venir a avisarles…Nos vemos pronto… (Sale, Horizonta e Insolao quedan como abatidos. Por un lateral se asoma Bordona)
Bordona: ¿Ustedes saben cómo se recarga el chaboncito ese que trajeron? Porque ya no se mueve más… ¿Lleva batería? (Mira para adentro) Ah, no, ya está. Dicen las chicas que ahí reaccionó un poco… (Desaparece)
Insolao: Sin la Verdad, el rancho está como mustio, vacío…
Horizonta: Oiga, que yo sigo estando.
Insolao: Por eso mesmo.
Horizonta: Pero no se haga tanta mala sangre, pues… Dibuje una Verdad, tamaño vaca y ya está.
Insolao: ¿Qué dibuje la Verdad?
Horizonta: Claro, chambón… Haga como los vecinos de la chacra de enfrente que se dibujaron una pileta en el piso. ¡No sabe lo bien que la pasan y los chapuzones que se dan! Dibújese a la Verdad y la planta ahí, en el potrerito. Total la Verdad de en serio no se movía tanto.
Insolao: Usted sí que a cada solución le encuentra el problema. Criolla pragmática.
Horizonta: Bueno, basta. Ya va siendo hora de que vaya a trabajar, Insolao. Vaya, vaya a la esquina a ver si llueve que pa eso le pagan…
Insolao: ¿Y usted qué va a hacer ahora? ¿Va a empezar a hacer el guiso de 8 lentejas, o toca risotto de gorrión?
Horizonta: Endijpue que pase el sodero, veo.
Insolao: Ni le cuente lo de la Verdad al sodero, mujer. Capaz que se pone mal el pobre, después todo tuvo su amorío con la vaca. Hay que ser respetuoso.
Horizonta: Quédese tranquilo, Insolao, que no le via a decir ni mu. (Se va)
Insolao: ¡Mírela a esta aprendiz de serpiente! Hace juegos de palabras ahora… Ah Y avísele que vamos a poner una Verdad de cartón, no sea cosa…… (Triste) En fin… las penas son de nosotros, las verdades son ajenas… (Se va, sobre el escenario vacío, oscurecimiento final.)

Datos personales

Nombre y apellido: Duilio Olmes Lanzoni Fecha de nacimiento: 3 de Julio de 1962 Bolívar pcia. de Buenos Aires Dirección: Alvear 325 Bolívar TE. (02314) 42-4095 // 15416051 // E-mail: duiliolanzoni@speedy.com.ar