(Al iluminarse la escena se ve a Sánchez y a Manchini, ambos sentados a
cada lado del escenario. La escena está vacía de objetos, solo enmarcada por
una cámara negra)
SÁNCHEZ: ¡Qué bárbaro! Pensar que
hasta recién no existía y de pronto: acá estoy.
MANCHINI: Es lo efímero que retorna,
mi querido Sánchez, fiat lux.
SÁNCHEZ: ¿Es una línea nueva? No la
conozco. Es que sacan autos a cada rato. (Manchini
solo lo mira) O sea que hasta recién yo no existía, pero al prenderse la
luz, Sánchez esta.
MANCHINI: De allí ha de provenir la
frase “dar a luz”.
SÁNCHEZ: ¿Usted me quiere decir que
el iluminador viene a ser mi padre?
MANCHINI: Por respeto al público no
pienso responder ni una sola de sus sandeces. Se lo pongo claro de entrada,
para que no me joda.
SÁNCHEZ: Está bien, pero convendrá
conmigo que hasta recién estos que somos no estaban, solo eran los actores, ¿es
así, no?
MANCHINI: Así es. ¿Y?
SÁNCHEZ: O sea, Manchini querido,
¡que acabamos de nacer!
MANCHINI: De alguna manera.
SÁNCHEZ: (Abrazándolo efusivamente) ¡Feliz nacimiento, Manchini! ¡Que sea
con salud!
MANCHINI: (Desconcertado) Gracias, igualmente.
SÁNCHEZ: (Canta) ¡Nacimiento feliz, nacimiento feliz, que vos nazcas
simplemente, nacimiento feliz! ¡Pida un deseo, Manchini! (Intenta hablar pero no puede, hace muecas)
MANCHINI: Acabo de desear que se
calle por un minuto.
SÁNCHEZ: (Recupera el habla de golpe por lo que arranca gritando y luego
disminuye) ¡Qué tipo jodido es usted Manchini! La palabra no se le niega a
nadie.
MANCHINI: Usted es menos que nadie,
Sánchez, y termínela, porque ya voy a desear algo más contundente para la
próxima vez.
SÁNCHEZ: Lo que usted diga, Manchini.
Ahora y en tren de poner a esta gente en autos… (piensa) En autos… ¡Fiat lux! (Se
ríe solo) ¡Está bueno! Digo, Manchini, para que la gente se entere y en
tanto ver si asoma algún conflicto en esta historia, ¿qué estamos haciendo acá?
MANCHINI: Ya se lo expliqué, Sánchez.
SÁNCHEZ: ¡Ahí lo agarré, justito!
MANCHINI: ¿Eh?
SÁNCHEZ: Claro, si acabamos de nacer,
y antes de que hubiese luz no éramos nada, ¿cuándo y dónde me explicaría algo,
usted?
MANCHINI: Se supone que, tácitamente,
tenemos una existencia anterior.
SÁNCHEZ: ¿Y cómo es que yo no me
acuerdo de nada?
MANCHINI: Porque usted tiene memoria
de pajarito, por eso.
SÁNCHEZ: ¿Ah, sí? Bueno… cuénteme, ¿qué
hacía usted hace 5 minutos atrás? Usted, Manchini, no el actor que lo
representa, dígame…
MANCHINI: (Duda) Eh… bueno… se lo explico por la gente que nos mira, no por
usted, estamos acá…
SÁNCHEZ: A terco no le gana nadie.
MANCHINI: ¿Le explico o no?
SÁNCHEZ: Dele, dele, que me pongo
ansioso.
MANCHINI: Sánchez, querido, la
realidad ha sido sustraída. Nos hemos quedado sin certezas, y un mundo sin
realidad es caldo de cultivo para que los mismos de siempre se queden con todo,
¿por qué?, porque inventan una apariencia de realidad según les convenga.
Entonces…
SÁNCHEZ: ¡Hoy está con todo,
Manchini! ¡Fíjese las boludeces que dice! ¡Está peor que nunca usted!
MANCHINI: No le permito, ¿por qué me
dice eso?
SÁNCHEZ: ¡Mire que la realidad no va
a existir! Y yo que soy, ¿verdurita? (Lo
pellizca)
MANCHINI: ¿Qué hace? ¿Está loco?
SÁNCHEZ: Lo pellizco para que se dé
cuenta de que es real. Si le duele, eso es realidad.
MANCHINI: No sea simple, Sánchez.
¿Usted qué es?
SÁNCHEZ: Sánchez, encantado.
MANCHINI: No, hombre, qué es le
pregunté, no quién.
SÁNCHEZ: Ah. Bueno… eh…yo… déjeme que
piense un segundo, si me agarra apurado, ¡ya sé! Soy un personaje de una obra de teatro.
MANCHINI: O sea, de una realidad
abrumadora.
SÁNCHEZ: Bueno, dicho así… ¿usted
viene a decir que como soy un personaje no soy parte de la realidad?
MANCHINI: Claro, es solo una ficción
encarnada. Además, aún cuando no lo fuera, ¿cómo sabría que usted no es una
invención de mi cerebro, o que yo soy una invención del suyo?
SÁNCHEZ: Si hay algo que no haría
sería inventarlo a usted, eso seguro. (Golpea
el escenario) Esto es real, no me lo puede negar.
MANCHINI: Estamos en la misma,
Sánchez.
SÁNCHEZ: ¿Y esa gente que nos mira?
MANCHINI: Podemos haberla inventado
nosotros, o bien son ellos los que nos inventan, o uno que nos ha inventado a
todos.
SÁNCHEZ: Pero nos están mirando.
MANCHINI: La mirada del otro no es confirmación
de nuestra realidad o existencia, solo prueba la aparente existencia de otro
que nos mira, pero ni él ni nosotros podemos estar seguros de quién es el que
existe en verdad.
SÁNCHEZ: ¡Manchini!
MANCHINI: ¿Qué?
SÁNCHEZ: Usted me va a hacer llorar,
hombre. Recién nazco y ya parece que no existo. Me pongo cada vez más ansioso,
vea. ¿Y qué hacemos?, dígame, que me viene la acidez y la hiperquinesia.
MANCHINI: Esperamos a alguien que
sabe quién ha secuestrado a la realidad. Cuando venga y nos diga iremos, cual
caballeros andantes, en busca de la oscura cárcel que apresa a tan bella
princesa.
SÁNCHEZ: ¿Y a quién esperamos?
MANCHINI: A Godot. Becket lo sabía,
por eso puso a Vladimir y Estragón en la espera, hoy, somos nosotros, Manchini
y Sánchez los héroes redivivos que librarán al mundo del cruel desconcierto de
no saber qué es lo real.
SÁNCHEZ: ¿A quién dijo que esperamos?
MANCHINI: A Godot.
SÁNCHEZ: Godoy.
MANCHINI: ¿Qué Godoy? Godot le dije…
SÁNCHEZ: No, tiene que ser Godoy…
MANCHINI: Godot.
SÁNCHEZ: ¡Ah, claro! ¿Usted qué dice:
hot, dot, sot o dice: hoy, doy soy?
MANCHINI: Pero…
SÁNCHEZ: ¿Se da cuenta? Es Godoy…
está clarito.
MANCHINI: Godot.
(Ingresan las brujas de Macbeth ante la sorpresa de los dos personajes)
SÁNCHEZ: ¿Estas son Godoy?
MANCHINI: ¿Cómo van a ser Godot, no
ve que son tres mujeres?
SÁNCHEZ: Podrían ser las hermanas
Godoy.
BRUJA 1: ¿Dónde has estado, hermana?
BRUJA 2: Haciendo morir cerdos.
BRUJA 1:
¿Y tú, hermana,
dónde?
BRUJA 3: La mujer de un marinero tenía
castañas en su regazo, y roía, roía, roía: “Dame”, le digo yo: “Quita de ahí,
bruja”, me grita aquella roñosa alimentada de rabadillas. Su marido ha ido a
Aleppo, contramaestre del “Tigre”.
SÁNCHEZ: Manchini, que me pongo
ansioso, no entiendo nada, ¿de qué hablan?
MANCHINI: Disculpad, buenas señoras,
pero ¿quiénes sois y que hacéis aquí?
SÁNCHEZ: ¿Por qué habla así, Manchini?
MANCHINI: Porque la situación lo
amerita, estas damas parecen ser de prosapia antigua.
BRUJA 2: Más antigua será tu madre.
BRUJA 1: Eh, fieritas, ¿le caben tres
minitas pal curro este?
BRUJA 3: Perdonen buenos señores,
somos las brujas de Macbeth.
SÁNCHEZ: Encantado, señoras brujas,
yo soy Sánchez, el es Manchini…
MANCHINI: Perdonen, nobles damas,
lamento informarles que se han equivocado de obra, esto no es Macbeth, y mucho
menos, permítanme una sonrisa de sorna, una obra de Shakespeare. ¡Ya quisiéramos
nosotros esa suerte!
BRUJA 3: Lo sabemos, amables
caballeros, pero es que nos hemos quedado sin labor, han decidido que ya no
somos útiles.
BRUJA 2: Pámpanos de la lobreguez,
hemos quedado en el páramo de la inutilidad.
BRUJA 1: Nos rajaron del laburo,
cabeza. Se rezarparon con el achique y chau las tres.
SÁNCHEZ: ¿No vienen con subtítulos?
No entiendo… y me sigo poniendo ansioso.
MANCHINI: ¿Dicen ustedes entonces que
las han echado de Macbeth?
BRUJA 1: La cazaste, fierita, copado.
BRUJA 3: Así es, gentil personaje.
BRUJA 2. Aciagos días se yerguen
sobre nos.
MANCHINI: ¿Y por qué? ¿Cómo puede
ser?
BRUJA 3: La crisis.
BRUJA 1: Los garcas caretas.
BRUJA 2: Los terribles vientos del
neoliberalismo han dejado a las obras europeas reducidas a su mínima expresión.
BRUJA 3: Con decirle que los seis
personajes de Pirandello buscando un autor, ahora son tres.
BRUJA 2: Y el extranjero de Camus,
fue deportado.
BRUJA 1: ¿Tienen laburo, chabones?
SÁNCHEZ: Traduzca, Manchini,
traduzca.
MANCHINI: Por la crisis europea, han
despedido de Macbeth a las tres brujas, y creo que nos están pidiendo trabajar
en la obra.
SÁNCHEZ: ¡Mírennos, Manchini! ¡Vamos
a ser patrones! (A las brujas)
Presenten curriculum, libreta sanitaria, alguna referencia y sepan que acá no
se vienen a rascar, sino a trabajar…
MANCHINI: ¡Pare, hombre! No tiene
sentido, ¿qué harían estos personajes en nuestra historia?
BRUJA 1: Me cabe cualquiera, vos
tirame idea, y yo pongo el lomo, boludo.
BRUJA 2: Podemos adaptarnos, llevamos
más de 500 años en esto, si quieren somos brujas y augures de vuestro destino.
BRUJA 3: Mujeres acechantes. Podemos
ser parte de una comedia de puertas.
SÁNCHEZ: Oiga, si ni puertas,
tenemos.
BRUJA 1: ¿Y ustedes fieritas, quienes
son?
SÁNCHEZ: Yo soy Sánchez, el es
Manchini, estamos esperando a Godoy.
MANCHINI: A Godot.
BRUJA 3: Plagiadores viles.
BRUJA 2: ¡Mortal, boludas! Son dos
chorros de personajes.
BRUJA 1: Disculpen nobles señores,
pero a Godot lo esperan Vladimir y Estragón, no ustedes. ¿O acaso ellos también
se quedaron sin labor?
BRUJA 2: Claro, y estos sudacas se
quedan con el trabajo que nos corresponde.
BRUJA 3: ¡Rezarpados!
MANCHINI: No señoras, sabemos de
Vladimir y Estragón, pero nosotros sabemos más que ellos, sabemos que Godot
sabe…
SÁNCHEZ: Godoy.
MANCHINI: Sabemos que Godot sabe
quien ha sustraído a la realidad. Y esperamos encontrarlo para que nos lo diga.
BRUJA 3: ¿Y no debería haber un árbol
aquí? ¡Qué pobreza!
SÁNCHEZ: Oiga, ¿encima que vienen a
pedir trabajo nos verduguean? Es lo que hay, señoras, si les gusta bien, y si
no, su ruta, búsquense otra obra.
BRUJA 2: Pido disculpas en nombre de
mis hermanas. Aceptamos lo que sea, amables caballeros, estamos desesperadas.
Algo, cualquier cosa.
SÁNCHEZ: ¿Está sucio el escenario, no
Manchini? Podrían barrer un poco.
MANCHINI: Venga, Sánchez.
SÁNCHEZ: ¿Y si montamos un puestito
de choripanes y las ponemos a atenderlo? La grandota se las debe rebuscar con
la parrilla.
MANCHINI: ¡Venga, Sánchez!
SÁNCHEZ: Cuando me llama aparte,
tiemblo. ¿Qué pasa? No me ponga más ansioso, se lo pido.
MANCHINI: Esto es una confirmación de
lo que le digo. No existe más la realidad, todo es una construcción. ¿Cómo se
explicaría sino la presencia de personajes de una obra del 1600 acá?
SÁNCHEZ: ¿Del 1600?
MANCHINI: Claro.
SÁNCHEZ: Ah, pero son más viejas que
andar a pie las veteranas estas.
MANCHINI: ¿Qué hacemos?
SÁNCHEZ: ¿No estábamos esperando a
Godoy?
MANCHINI: A Godot, pero no, ¿digo que
hacemos con las brujas?
BRUJA 3: Dejen que seamos parte de su
historia, caballero, no molestaremos.
BRUJA 1: ¡Dale chabón, no seas
cortado!
BRUJA 2: Imploramos vuestra
magnanimidad.
MANCHINI: Pero no veo cómo pueden
participar.
SÁNCHEZ: De público, que buena falta
nos hace.
MANCHINI: ¿Cómo va a ser de público
un personaje?
SÁNCHEZ: Y, si la realidad no existe…
BRUJA 3: Seremos un simple coro
griego, acompañando apenas vuestro devenir dramático, sin intervención ni injerencia.
BRUJA 1: ¡Hacé la gamba, flaquito!
MANCHINI: Y qué se yo, Sánchez, ¿le
parece?
SÁNCHEZ: ¿Un coro griego? Claro,
ahora entendí, son parte de una obra griega y con la crisis que tienen allá les
dieron el raje.
MANCHINI: ¡No, Sánchez, no! Sigue
entendiendo todo al revés.
SÁNCHEZ: Es porque la realidad no
existe.
MANCHINI: No importa, dígame, ¿las
aceptamos?
SÁNCHEZ: Y dele Manchini, donde actúan
dos, cinco podrán, digo yo…
LAS BRUJAS: (Comienzan a hablar a coro) Gracias, nobles caballeros, gracias. No
se arrepentirán. (Se ubican al fondo de
la escena, rubricarán con gestos las acciones de la obra)
SÁNCHEZ: Así que eso sería un coro
griego… ¿tres son un coro?
MANCHINI: Dado el caso.
SÁNCHEZ: O sea que Los Chalchaleros
eran un coro, si eran cuatro. Y las Trillizas de Oro… oro, coro… serían las
Trillizas de Coro…
MANCHINI: ¡Basta, termínela, Sánchez!
Usted tiene una persistencia histórica por la pelotudez, y yo no puedo perder
el tiempo…
LAS BRUJAS: (Cantan) El tiempo, el implacable, el que pasó… (Sánchez y Manchini las miran
desconcertados, pero continúan)
MANCHINI: Yo no puedo perder el
tiempo, es hora de ponerse las ropas de la libertad, mi querido Sánchez,
encontrar a Godot y liberar a la realidad, para salvar el mundo de esta tiranía
de la falacia.
SÁNCHEZ: ¡Eso Manchini! ¡Ese es el
Manchini que queremos ver! ¡Usted nunca se anda con chiquitas! … Bueno, si
anduviera con chiquitas, sería un problema serio… Porque andarse con chiquitas
es… estupor…
LAS BRUJAS: Me gusta ese tajo…
MANCHINI: Estupro.
SÁNCHEZ: ¿Eh? ¿Está loco? ¿Cómo va a
ser mipro? Será supro, además ¿por qué me tutea, si yo no lo tuteo a usted?
¿Usted anda con chiquitas y es mipro? No, es supro, estupro…¿Cómo va a a ser
mipro si el pervertido es usted? ¿Mipro? ¡Supro! Y eso de hacerse el
pendejo…estupro…mipro… ah…ahora entendí. Perdóneme, me había confundido… (desde fuera de escena alguien los espía) como
dijo usted estupro, yo pensé que decía que era mipro, y yo me dije, como va a
ser mipro si el pro es de él, ¿me entiende?
MANCHINI: Necesito cinco minutos de
yoga, sino lo acogoto (sale sin que
Sánchez se percate, ingresa el Bipolar que se coloca en el lugar que antes
tenía Manchini y adopta su lugar en la obra)
SÁNCHEZ: Pero resulta que usted no
decía que era mipro, lo que usted decía era estupro porque se confundió las
palabras, quiso decir estupor y dijo estupro, ¿no es así, Manchini?
BIPOLAR: Si usted dice, Sánchez.
SÁNCHEZ: ¡Manchini!
BIPOLAR: ¿Qué le pasa ahora, Sánchez?
SÁNCHEZ: Está cambiado usted… ¿Está
más alto? ¿Hace dieta de estiramiento? Lo veo distinto.
BIPOLAR: No joda Sánchez, concéntrese
en ver si no lo ve a Godot.
SÁNCHEZ: A Godoy.
BIPOLAR: ¿Usted quiere decirle Godoy?
Dígale Godoy, me tiene repodrido hoy.
BRUJAS: Me tenés podrido, me tenés,
no te aguanto más.
SÁNCHEZ: ¿Se siente bien, usted?
BIPOLAR: Perfectamente, ¿y usted?
SÁNCHEZ: Ansioso, Manchini, ansioso.
BRUJAS: Ansiedad, de tenerte en mis
brazos.
BIPOLAR: ¿Y qué hay con la ansiedad?
¿Es de temer?
SÁNCHEZ: No sabría decirle, cuando
llego a mis picos no recuerdo qué hago. De todas maneras, mi querido Manchini,
¿usted no se habrá hecho un lifting o algo así? ¿Una liposucción, se levantó
los glúteos?
BIPOLAR: Córtela, hombre. Concéntrese
en otear el horizonte. En cualquier momento aparece, el que le dije.
SÁNCHEZ: ¿No vendrá en un avión
negro, no?
BIPOLAR: Oiga, ¡usted atrasa cuarenta
años!
SÁNCHEZ: Y así, para aclararme las
cosas, achicar la ansiedad y ver si sé porque lo sigo, ¿para qué quiere usted
rescatar a la realidad?
BIPOLAR: Sánchez, querido, si alguna
vez sus tres neuronas se conectaran estallarían fuegos artificiales, vea.
SÁNCHEZ: ¡Qué lindo, me encantan! De
muchos colores, me asusta un poco el ruido, el olor a pólvora tiene su encanto,
le diré…
BIPOLAR: Ya se dispersó, lo de los
fuegos artificiales era una metáfora, no sea simple. ¿Usted que me preguntó?
SÁNCHEZ: ¿Yo pregunté algo?
BRUJAS: Yo pregunto a los presentes,
si no se han puesto a pensar…
BIPOLAR: Ustedes, cállense (a las brujas), y usted me preguntó
recién para qué quiero rescatar a la realidad, ¿se acuerda?
SÁNCHEZ: Ah…no. No me acuerdo, pero
haga de cuenta que sí, y contésteme.
BIPOLAR: Sin la realidad…
BRUJAS: La realidad duerme sola en un entierro…
BIPOLAR: Sin la realidad que nos
permita construirnos como sociedad, no somos más que soledades asociadas…
BRUJAS: Me acobardó la soledad…
BIPOLAR: No sabemos qué hacemos,
hacia donde vamos…
BRUJAS: Voy hacia el fuego como la
mariposa…
BIPOLAR: Y quien posea el manejo de
la falsa verdad, será el dueño…
BRUJAS: Yo sé que mi cariño te hace
falta porque quieras o no yo soy
tu dueño.
BIPOLAR: (Evidentemente
molesto con las brujas) Será el dueño de nuestras vidas, de nuestro dinero,
de nuestro futuro, de nuestro presente, de nuestro pasado…
BRUJAS:
Hoy, vas a entrar en mi pasado…
BIPOLAR:
Porque no solo nos dirán qué hacer, tambien nos dirán qué hemos hecho, con la
realidad secuestrada o sustraída, serán dueños de la historia, de su heurística
y su hermenéutica. (Dice esto como en un triunfo, desafiando a las Brujas) ¡Heurística
y hermenéutica! (Les hace un corte de mangas)
BRUJAS: (dudan,
se miran, y cantan) Despeinada, oh, oh, despeinada…
SÁNCHEZ: O sea, usted dice que sin
esa bendita realidad, cualquiera hará cualquier cosa de nosotros.
BIPOLAR: Eso mismo.
SÁNCHEZ: ¡Entonces la realidad está
en poder del autor que nos hace hacer y decir cualquier cosa!
BIPOLAR: No, porque eso es dentro de
la obra de teatro. Nosotros debemos trasponer las fronteras del texto y la
cuarta pared y rescatar a la realidad del mundo real.
SÁNCHEZ: Pero si la realidad está
perdida, ¿cómo sabemos qué mundo es el real? ¿Y si el público son meros
personajes? ¿Existe el autor? ¿Existo yo? ¿Qué es existir? Me mareo, Manchini,
me mareo.
BIPOLAR: No piense, hombre, que le
hace mal. Es más sencillo. Si un día los medios de comunicación dicen que nos
invaden los platos voladores, aunque no los veamos, lo vamos a creer.
SÁNCHEZ: (Descontrolado) ¡Nos invaden los marcianos! ¡Nos ataca Orson
Welles! ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Salven al planeta!¿Hay un astrónomo en la sala? ¡Que
me viene la ansiedad!
BRUJAS: Estás desconcertado y no
sabés que trole hay tomar para seguir…
BIPOLAR: ¡Pero cálmese, Sánchez, no
sea tan pedestre, tan obvio!
SÁNCHEZ: (Aniñado) ¡Quiero un guaguau!
BIPOLAR: ¿Eh?
SÁNCHEZ: ¡Quiero un guaguau, quiero
un guaguau, quiero un guaguau!
BIPOLAR: ¿Está loco, qué guaguau?
SÁNCHEZ: Un perrito. Dele, no sea
malo, consígale un guaguau a Sánchez, su compañerito de espera, y a Sánchez se
le pasa la ansiedad.
BIPOLAR: ¿Y por qué me habla en
tercera persona?
SÁNCHEZ: Porque cuando Sánchez se
pone muy ansioso, se distancia de Sánchez, para ser un poco menos Sánchez y
poder recobrar la calma, cosa de que al volver a ser Sánchez, sea menos Sánchez
de lo que era al ponerse ansioso. ¡Quiero un guaguau!
BIPOLAR: Basta, con tanto Sánchez
junto me ensanché… Esto es demasiado. (Sale.
Sánchez salta como un niño caprichoso por detrás de él)
BRUJAS: Era callejero por derecho
propio…
SÁNCHEZ: Señoras, sean buenitas,
consigan un perrito para Sanchecito…
BRUJAS: Veo un perro ladrando a la luna con otra figura que recuerda a mí.
SÁNCHEZ: ¿Dónde hay un pichicho,
guaguau, dónde lo ven? (Las Brujas
señalan hacia un foro, Sánchez comienza a chasquear los dedos llamando a un
imaginario perro) ¿Guaguau? ¿Pichicho? ¿Quiltro? ¿Perrito lindo? ¡Vení acá,
perro de mierda! (Sale. Reingresa
Manchini desperezándose. El Bipolar observa la escena por entre las cámaras.)
MANCHINI: ¡Ah, nada como 10 minutos
de yoga para olvidarme de usted, Sánchez! ¿Qué ha hecho en mi ausencia? ¿Vino
Godot? ¿Sánchez...? ¿Dónde está hombre, dónde se ha metido? (A las Brujas) ¿No lo vieron a Sánchez?
¿Uno ansioso que andaba por acá?
BRUJAS: Mi unicornio azul ayer se me
perdió.
MANCHINI: ¿Sánchez un unicornio? Algo
forzada la respuesta, ¿no?
BRUJAS: We are the champions…
MANCHINI: ¿Así que les damos laburo y
me toman el pelo? El agradecimiento de la vaca empantanada. De las vacas
empantanadas.
BRUJAS: Había una vez una vaca en la
quebrada de Humahuaca…
MANCHINI: ¡Ah, no! Esto ya supera
todos los límites, señora vuestra miserabilidad es de tan baja estofa…
BIPOLAR (Entrando) Oiga, Manchini, ¿por qué está tan enojado con las
señoras?
MANCHINI: (Asombrado) ¿Sánchez?
BIPOLAR: ¡Manchini!
MANCHINI: ¿Qué hizo, Sánchez, se
peinó, se lavó la cara, le volvió a crecer el pelo? Se lo ve raro.
BRUJAS: Raro, como encendido.
MANCHINI: (Lo mira de arriba abajo rodeándolo, lo huele, lo toca) Se me había
despintado, Sánchez, no lo recordaba así.
BIPOLAR (Abrazándolo efusivo) ¡Manchinito querido! ¡Creí que me había
abandonado!
MANCHINI: Ojalá pudiera, hombre. Pero
estoy encadenado a su destino. Insisto en que lo veo extraño.
BRUJAS: Yo sé que ahora vendrán caras
extrañas.
BIPOLAR: Es porque la realidad está
ausente, mi querido Manchini. Usted me mira y quiere que sea como el que
recuerda, pero solo soy lo que soy.
MANCHINI: ¿Usted dice que sufrimos
una alteración de la percepción? Bueno, pero nada hay más fehaciente que
nuestros recuerdos, y sin embargo usted no se parece a mi recuerdo.
BIPOLAR: Pero acá estoy en este
presente, Manchini. Tiene que aprender a vivir el aquí y el ahora.
MANCHINI: Hasta diría que razona
distinto, mejor dicho, hasta parece que razonara. ¿Y su ansiedad?
BIPOLAR: Bien, gracias. ¿Y la suya?
MANCHINI: Muy bien, gracias, también.
BIPOLAR: Bueno, me alegro, mándele
saludos.
MANCHINI: Serán dados, véngase cuando
quiera con la suya a tomar un vermucito… Oiga, ¿qué me está haciendo decir?
BIPOLAR: Nada. Usted dijo lo que
quiso, ¿qué tengo que ver yo?
MANCHINI: Usted no va a lograr que
pierda la calma, no señor. ¿Vino Godot?
BIPOLAR: ¿Quién?
MANCHINI: Godot, al que estamos
esperando.
BIPOLAR: Ah, Godoy dice usted. No, no
vino, ¿y por qué vendría por acá?
MANCHINI: Porque lo estamos
esperando.
BIPOLAR: ¿Y si hay otros esperándolo
en otro lado? Quizás lo esperan con más entusiasmo y se va para allí…
BRUJAS: Espera un poco, un poquito más…
MANCHINI: ¿Sabe qué? No le voy a dar
pelota… Usted en la suya, yo en la mía.
BIPOLAR: Ahora que dice pelota… ¡Qué
ganas de jugar al fútbol!
MANCHINI: ¿Qué, usted juega?
BIPOLAR: Un crack. Era, en mis
tiempos. Jugaba de ocho.
MANCHINI: No joda.
BIPOLAR: Si, tremendo equipo
teníamos. Un mediocampo de lujo: Sánchez, Menéndez y Pelayo. Casi imbatibles
éramos. El equipo de la parroquia. El Deportivo Lucifer.
MANCHINI: ¿Eh? ¿El equipo de la
parroquia se llamaba Lucifer? Curas modernos.
BIPOLAR: Bueno, en realidad, no. Se
llamaba Luz y Fervor. Pero era difícil para que la hinchada cantara y le quedó
Lucifer.
BRUJAS: Lucifer… Lucifer…
BIPOLAR: Partidazos se armaban.
Atlético Pirámides tenía buen equipo también, un medio campo bárbaro, Keops,
Kefrén y Miserino. Y el Sportivo
Italiano no se quedaba atrás, ahí jugaban Dante, Petrarca y Bocaccio, muy
hábiles. Los que eran bravos eran los de la Alianza Francesa, esos iban a los
bifes, ahí estaban Dantón, Robespierre y Marat, y los de Deportivo Partenón con
Anaxágoras, Anaxímedes y Anaximandro no le iban por menos. Unos campeonatos
bárbaros eran. ¡Cuántos recuerdos, Manchini!
Me puse nostálgico. ¿Y usted, le hizo al fútbol alguna vez? Me imagino
que no…
MANCHINI: ¡Qué prejuicioso! Claro que
si… Resulta que en el barrio donde vivíamos éramos tan pobres que no teníamos
ropa para hacer los arcos…
BIPOLAR: Pondrían piedras…
MANCHINI: Tampoco, las hervíamos para
el puchero. Yo era uno de los postes habitualmente. Siempre me decían que yo
había nacido para hacer de palo, vea.
BIPOLAR: Capaz que jugué alguna vez
en su barrio, porque recuerdo que algunos gritaban: ¡Los de afuera son de palo!
MANCHINI: Usted me deja siempre
absorto en el asombro.
BIPOLAR: Le produzco estupro, ¿no?
MANCHINI: Estupor.
BIPOLAR: ¡No sea chancho, hombre, que
hay damas ahí!
MANCHINI: Basta, Sánchez.
SÁNCHEZ (Fuera de escena) ¡Manchini!
MANCHINI: ¿Qué quiere ahora?
BIPOLAR: No he dicho palabra.
SÁNCHEZ: ¡Manchini… Manchinito!
MANCHINI: ¿Qué?
BIPOLAR: ¿Usted está bien?
MANCHINI: Si me llamó usted.
BIPOLAR: No. ¿Para qué lo voy a
llamar si lo estoy viendo?
MANCHINI: Juraría que escuché que me
llamaba… pero como más lejos.
BIPOLAR: Y bue… después el raro soy
yo.
MANCHINI: ¿Se da cuenta de por qué
necesitamos a la realidad?
BIPOLAR: ¿Para no escuchar voces?
MANCHINI: No, Sánchez de mi
iracundia, quizás si la realidad vuelve a reinar, usted vaya al lugar que le
corresponde: la nada.
BRUJAS: Nada, nada queda tu casa
natal…
MANCHINI: ¡Y ustedes cállense, de una
vez!
BIPOLAR: ¡Menos mal que hizo yoga!
¿Siempre le hace ese efecto?
MANCHINI: No lo soporto más, Sánchez,
ni al que es, ni al que recuerdo. Le digo en serio, ¿no ha pensado profundamente
que hacer de su vida?
BIPOLAR: Lo mismo que de bajada,
Manchini. ¿Para qué cambiar?
MANCHINI: (Tiembla, se agita, parece que va a estallar, hasta que se larga a
llorar) ¡No! ¡Así no se puede! Los chistes malos se los perdono, pero los
viejos, ¡no! ¿Cómo se hace para renunciar a ser un personaje? Quiero inmolarme
sobre el escenario. ¡A ver, brujas, terminen con mi sufrimiento! ¡Mátenme de
una buena vez! (Cae arrodillado llorando.
El Bipolar se acerca para consolarlo)
BIPOLAR: Usted tiene una tendencia al
drama que es asombrosa. No será para tanto.
SÁNCHEZ: (Entrando) Manchini, ¡qué susto! Estaba siguiendo al guaguau y me
perdí. ¡Está todo oscuro detrás de esas telas! ¡Lo llamaba y usted no me
contestaba! ¡Qué miedo, Manchini! (Ve al
Bipolar) ¡Uy, llegó Godoy! ¡Y yo con estas mechas! ¿Cómo le va, don Godoy?
¿Qué tal el viaje?
MANCHINI: ¿Sánchez… y Sánchez? Tengo
una pesadilla al cuadrado. Estoy borracho de fantasía y veo doble…
SÁNCHEZ: ¿Qué dice, Manchini? Póngase
contento que llegó Godoy.
MANCHINI: ¿Qué Godoy?
BIPOLAR: (Señalando a Sánchez) Este Godoy.
SÁNCHEZ: No, se confundió, Godoy es
usted.
BIPOLAR: Disculpe que lo contradiga,
pero yo soy Sánchez, usted es Godoy, él es Manchini.
SÁNCHEZ: ¿Cómo va a ser Sánchez si yo
soy Sánchez?
BIPOLAR: Es lo que digo, usted no
puede ser Sánchez porque ese soy yo.
SÁNCHEZ: ¡Manchini, tengo un hermano
gemelo y no sabía! Debe ser de recién cuando nacimos.
MANCHINI: Veo dos Sánchez, ¿qué clase
de karma es este? ¿Tan mal me porté en alguna obra anterior? (A las brujas) ¿Ustedes tambien ven dos
Sánchez?
BRUJAS: En la calle codo a codo,
somos mucho más que dos.
SÁNCHEZ: ¿O sea que este es yo?
BIPOLAR: Me imaginaba más lindo.
SÁNCHEZ: ¡Ya sé! Manchini… han puesto
un espejo en el escenario.
MANCHINI: ¿Hablan los espejos dice
usted?
BIPOLAR: Es una marioneta, Manchini,
un títere. (Mientras Sánchez hace gestos
y morisquetas para que el Bipolar lo imite, el Bipolar busca los imaginarios
hilos que sostienen a Sánchez)
SÁNCHEZ: ¡Está fallado este espejo,
Manchini! Hace lo que se le canta. ¡Ni los espejos me dan bola!
BIPOLAR: No le encuentro los hilos,
Manchini… ¿será un robot?
SÁNCHEZ: Lo que no entiendo es por
qué mi mamá nunca me dijo que tenía un gemelo. ¿Será porque no uso camisa?
BIPOLAR: Tiene razón Manchini,
tenemos la realidad sustraída, yo no puedo ser ese.
MANCHINI: ¿Cómo se hace para pedir
minuto en una obra?
SÁNCHEZ: (En secreto a Manchini) ¿Vio que soy famoso, Manchini? Ya tengo un
imitador.
BIPOLAR: (Ídem, por el otro lado) Me
quiere imitar pero no le sale, Manchini. No es orgánico, le falta profundizar
al personaje.
SÁNCHEZ: Estoy ansioso, Manchini.
BIPOLAR: Tengo hambre, Manchini.
SÁNCHEZ: Tengo miedo, Manchini.
MANCHINI: ¿Hay un psiquiatra en la
sala? ¿Alguien anda con alopidol para urgencias?
SÁNCHEZ: ¿Cómo puede usted ser
Sánchez, si yo, desde que me acuerdo, soy Sánchez?
BIPOLAR: Lo mismo digo. Sánchez me
han parido y Sánchez soy y seré. Y al que le guste bien y al que no, que salga
al ruedo.
SÁNCHEZ: Este Sánchez es modisto, ¡me
quiere arreglar el ruedo! Además ¿desde cuándo yo me parezco a Manchini?
MANCHINI: ¿Qué dice este insano
ahora?
SÁNCHEZ: Si hace rato usted se
parecía a este Sánchez, ¿no se acuerda?
MANCHINI: ¿Cómo quiere que me
acuerde, hombre, si apenas logro sostener un mínimo de cordura?
BIPOLAR: No se vaya a creer, tiene
bastante gordura.
MANCHINI: ¡Cor… cor…cor!
SÁNCHEZ: ¡Oia! Manchini imita a una
gallina francesa.
MANCHINI: Pido gancho… algo… ¡que
venga la policía teatral e intervenga!
BRUJAS: Entre estos tipos y yo hay
algo personal.
SÁNCHEZ: ¿No será que siempre he sido
dos y no me había dado cuenta?
BIPOLAR: Siempre en momentos
distintos, en realidades paralelas.
MANCHINI: ¡Y ahora es… son…
especialistas en física cuántica!
SÁNCHEZ: La física cuántica es
antipática…la física atómica es antipótica.
BIPOLAR: (Cambiando a Manchini) ¿Qué dice hombre, porque siempre tiene que
salir con alguna estupidez de esa en medio del más farragoso conflicto?
SÁNCHEZ: Oiga, Sánchez bis, tampoco
es para que me agreda.
BIPOLAR: Manchini, encantado.
SÁNCHEZ: No entendí.
BIPOLAR: Que no me diga Sánchez,
Sánchez. Siempre he sido Manchini.
MANCHINI: ¿Cómo dice?
SÁNCHEZ: O sea, que si usted es
Manchini, usted es Godoy… (se tira en
brazos de Manchini) Tenía razón Manchini, cuando llegara Godoy, las cosas
cambiarían. Me siento feliz de ser el único Sánchez.
MANCHINI: Salga, hombre, que yo soy
Manchini.
SÁNCHEZ: Ah, no es Godoy… pero él
dijo que es Manchini.
BIPOLAR: Y es lo que soy, Sánchez, no
sé por qué se complica.
MANCHINI: Pare mano tallador, soy el
gran Manchini, el único, el irrepetible, el de las grandes gestas.
SÁNCHEZ: ¡Uh, grandísimas!
MANCHINI: ¿Qué?
SÁNCHEZ: Nada, nada, siga que estaba
lindo el textito ese.
MANCHINI: Pero ya me interrumpió, me
cortó la inspiración.
BIPOLAR: Siempre lo mismo con usted,
Sánchez, esa maldita manía de meter un bocadillo para estropear el clímax.
MANCHINI: ¿Y usted quién es,
entonces?
BIPOLAR: Manchini, buen hombre, ¿y
usted?
MANCHINI: Manchini soy yo, usurpador.
SÁNCHEZ: Manchini, usted era el de
los gemelos al fin y al cabo… ¡Y siempre me echa la culpa de todo a mi! ¡Qué
lindo, dos Manchinitos!
MANCHINI: ¿Qué tiene de lindo?
SÁNCHEZ: A falta de guaguaus, buenos
son los Manchinis.
BIPOLAR: Si la simpleza volara, usted
taparía el cielo.
SÁNCHEZ: ¡A cuántos les dirá lo
mismo! ¡Picarón!
MANCHINI: Sánchez, querido, usted me
conoce de años…
SÁNCHEZ: De hace un rato nomás, si
nacimos cuando empezó la obra, ¿no se acuerda?
MANCHINI: ¡Respete una convención!
¡Mírenos, y diga cuál es el verdadero Manchini!
SÁNCHEZ: (Los mira detenidamente) No
sé.
BRUJAS: Qué difícil se me hace,
mantenerme en este viaje.
BIPOLAR: ¿Cómo que no sabe? Usted es
mi partenaire. Desde siempre.
SÁNCHEZ: Bueno, tampoco tiene que
insultarme. No sé, le digo porque yo estuve hablando con los dos en este rato.
Los dos hablan como Manchini, caminan como Manchini.
MANCHINI: Pero si no nos parecemos en
nada.
BIPOLAR: ¡Claro, hombre, no me va a
comparar con esa piltrafa!
SÁNCHEZ: ¡Qué sé yo! Usted siempre me
ha dicho que somos personajes, y que les debemos nuestras caras y cuerpos a los
actores que nos interpretan, ¿cómo sé qué cara tiene Manchini hoy?
MANCHINI: Tiene razón.
BIPOLAR: Aunque parezca imposible, su
afirmación es acertada.
MANCHINI: Manchini no permite que le
roben así el nombre. No me importa cuántos soy, sino que vaya saliendo. Ponete
en guardia, ladrón.
BIPOLAR: No permitiré este ultraje a
mi dignidad, nadie dice que es Manchini adelante mío y se la lleva de arriba.
SÁNCHEZ: (Entusiasmado) Hagan sus apuestas, señores, voy cinco pesos a
Manchini, ¿apuestan, señoras? (A las
brujas)
BRUJAS: Yo vengo a ofrecer mi
corazón.
SÁNCHEZ: ¡Qué asco! El corazón es
para los gatos…
BIPOLAR: (Torna a Sánchez) ¿Qué hace, Manchinito, por qué me amenaza?
¡Manchini me quiere pegar!
MANCHINI: ¿Sánchez?
SÁNCHEZ: ¿Qué?
MANCHINI: Se duplicó otra vez.
BIPOLAR: (Se oculta detrás de Sánchez) Oiga, Manchini, si le quiere pegar a
alguien, péguele a este que se hace pasar por mí.
SÁNCHEZ: ¡Hermanito! ¡Volviste
después de tanto tiempo!
MANCHINI: Esto es un caos. ¿Quién es
quién?
BIPOLAR: ¡Quién! ¡Quién! ¡Quién!
MANCHINI: ¿Qué hace?
BIPOLAR: Llamo a Quién, ¿usted no
quería saber quién era Quién?
SÁNCHEZ: ¡Es inteligente mi
hermanito! ¿Vio Manchini?
BRUJAS: Al mundo nada le importa,
yira, yira.
MANCHINI: ¡No es su hermanito! ¡Dice
que es usted! ¡O que usted no es Sánchez!
BIPOLAR: Es Godoy, es Godoy.
SÁNCHEZ: Baile, Manchini, baile (Comienza a bailar. Suena la música de un
vals. Manchini, Sánchez y las Brujas bailan. El Bipolar los mira sin
reaccionar, luego los imita pero a destiempo)
MANCHINI: (Mientras baila) ¿Y para qué me hace bailar, Sánchez?
SÁNCHEZ: No tengo la menor idea,
Manchini, fue un impulso.
MANCHINI: Me siento ridículo bailando
cuándo todo está patas arriba.
SÁNCHEZ: ¿Me habla de ridículo a mí,
que tengo un doctorado en eso?
MANCHINI: Mire, Sánchez… el otro se
desmorona… abandona…
SÁNCHEZ: Siga, Manchini, siga… lo
estamos derrotando.
MANCHINI: Por una vez ha dado en la
tecla, Sánchez.
SÁNCHEZ: ¿En cuál? Yo no toqué
ninguna.
BIPOLAR: Basta, se acabó… no puedo
sostener más esta farsa. (La música cesa,
las brujas vuelven a su lugar. El Bipolar queda sentado en el piso, Sánchez y
Manchini a ambos lados) No soy Sánchez, no soy Manchini. Soy el Bipolar. Un
no personaje. La frustración misma hecha palabras.
MANCHINI: ¿Qué está diciendo?
SÁNCHEZ: ¿Cómo dijo que se llamaba?
BIPOLAR: Bipolar.
SÁNCHEZ: ¡Pa! El frío que debe tener…
MANCHINI: ¿Eh?
SÁNCHEZ: Si cuando viene la ola de
frío polar no se puede ni respirar, ¿se imagina bipolar?
BIPOLAR: Soy un personaje no nacido.
Alguien me pensó, pero me descartó o se olvidó de mi. Quedé en el limbo de
aquello que no fue. De lo que no pudo ser. Un destello fugaz en la mente de un
autor. Una náusea de la creación. Un nonato. Quizás fue que no servía a algún
conflicto. Quizás me quedé a mitad de camino. Pero tuve la vida necesaria para
quedar flotando entre bastidores… Y trato de ser. Voy por los textos intentando
ser algún personaje con existencia espectacular. El desafío para algún actor,
algo. He tratado de ser Romeo, o el tío Vania, Balmaceda o mamá Cora, o cualquiera
que se me cruzara… Y vean dónde vengo a terminar… en una obreja de cabotaje
tratando de ser cualquiera de los dos espantajos que ustedes son.
MANCHINI: Mirá, encima pretencioso
este okupa.
SÁNCHEZ: Me da un poquito de ganas de
llorar el binonato este… Pero disculpe que le voy a hacer una pregunta que me
tiene un poco ansioso.
MANCHINI: ¿Anda bien su ansiedad?
SÁNCHEZ: Si, gracias, ¿y la suya?
MANCHINI: No empiece, no se disperse,
¿qué pregunta?
SÁNCHEZ: ¿Él no es un personaje, ya?
¿O es un actor que no tiene papel? Porque si lo estamos viendo, alguien lo está
interpretando, ¿no?
MANCHINI: A veces me sorprende,
usted…
BIPOLAR: Todo es un quizás. Quizás ya
sea un personaje, quizás me interprete un actor. ¿Pero cómo puedo saberlo
mientras estoy discurriendo mi existencia sobre un escenario? ¿Quién me da la
perspectiva?
SÁNCHEZ: No me queda… ¿tiene usted
Manchini?
BIPOLAR: Además, si así fuera, ¿qué
clase de vida es esta para un personaje? Robando textos, situaciones y
conflictos. Siendo menos que nada. Una sombra de la sombra. Una copia de una
imitación.
SÁNCHEZ: No somos nada.
BIPOLAR: Es hora de terminar. No
hablo más. (Se ubica tras las brujas.
Sánchez y Manchini se quedan mirándolo)
BRUJAS: Se me está haciendo la noche
en la mitad de la tarde…
SÁNCHEZ: Lo importante no es lo que no
fuimos sino lo que finalmente somos.
MANCHINI: ¡Todo un filósofo, Sánchez!
SÁNCHEZ: Lo leí en un sobrecito de
azúcar una vez que fui a tomar un café.
BRUJAS: En una servilleta blanca yo
te dibujaba, yo te dibujaba.
MANCHINI (Volviendo hacia proscenio) Y bueno, habrá que seguir esperando,
¿no?
SÁNCHEZ: El que espera desespera, mas
la espera es la esperanza, y el que tiene esperanza… eh… come peras.
MANCHINI: Pero…
SÁNCHEZ: Peras, peras, las señoras
del pero.
MANCHINI: ¿Sabe qué? Usted no me va a
ganar hoy. No, señor. Diga lo que diga no me alterará… Necesito un poco de
yoga… (Se pone en posición de loto) Ommm.
BRUJAS: Ommm.
SÁNCHEZ: ¡Qué divertido! ¿Yo también
puedo?
MANCHINI: Haga lo que quiera… (Sánchez asume la misma postura, hace Ommm,
junto al resto. Abre un ojo, no aguanta la calma. Se incorpora, ansioso)
SÁNCHEZ: Usted, disculpe, Manchini.
Sigo sin entender por qué es tan importante la realidad.
MANCHINI (Desde la misma posición) Para que podamos ser, de alguna manera, libres.
La sustracción de la realidad es la forma moderna de la dominación.
SÁNCHEZ: ¿Usted cuando me dice
realidad, me está diciendo la Verdad?, o sea, no es que usted mienta, digo,
hablo de la Verdad, así con mayúscula.
MANCHINI: No, mi confundido amigo, la
Verdad siempre está allí, todos tenemos nuestra porción, nuestra parcela de la
gran verdad. Hablo de otra cosa.
SÁNCHEZ: ¿Yo también?
MANCHINI: ¿Usted también qué?
SÁNCHEZ: ¿Yo también tengo una parte
de la verdad?
MANCHINI: Si, claro, digamos que menos
que el resto, pero si.
SÁNCHEZ: ¡Pa! Lo que es no saber, era
un terrateniente y no sabía. Mejor dicho, un verdadteniente. Pensar que en mi
familia siempre dijeron que yo era un militante del fracaso.
MANCHINI: Basta, Sánchez. Ya que está
parado observe si no lo ve a Godot.
SÁNCHEZ: A Godoy…
MANCHINI: Lo que sea.
SÁNCHEZ: ¿Usted sabe cómo es?
MANCHINI: Cuando lo vea sabrá que es
él. Confíe en mí. (El Bipolar se ha
acercado hasta ellos)
SÁNCHEZ: ¡Juira, chorro!
MANCHINI: ¿Qué quiere ahora, por qué
no se va a otra obra a molestar?
BIPOLAR: No, tranquilos, si me
permiten quiero decirles algo.
BRUJAS: Vos que tenés labia contame
una historia.
MANCHINI: Hable… ¿qué le pasa?
SÁNCHEZ: Bueno, Manchini, trate bien
a mi hermanito.
BIPOLAR: No va a venir…
MANCHINI: ¿Cómo?
BIPOLAR: Godot no va a venir.
MANCHINI: ¿Y qué sabe usted?
SÁNCHEZ: Al que espera, Godoy le hace
la pera.
BIPOLAR: Godot nunca va a ningún
lado, y menos en estas tierras. Se lo digo porque hace mucho que ruedo por las
obras…
SÁNCHEZ: ¿Y no se marea? De rodar,
digo.
TODOS: ¡Basta, Sánchez!
SÁNCHEZ: Bueno, tampoco hay que andar
gritando.
BIPOLAR: Godot está en algún lugar de
Europa. Y nunca fue a ningún lado. Menos acá, en estas tierras del sur en dónde
todo está por hacerse. Godot es para los que solo existen, para los
desencantados, para los vencidos, para los que se rindieron.
MANCHINI: ¿Está seguro de eso?
BIPOLAR: Claro, Manchini. Por eso se
lo digo.
MANCHINI: ¿Y la realidad, quién la
tiene?
BIPOLAR: No sé. Pero yo le diría que
está por allí, cerca. No sé donde, lo que sí sé, es que no hay que quedarse
sentado esperándola, hay que irla a buscar.
MANCHINI: Entonces, ¿toda esta espera
fue por nada?
SÁNCHEZ: ¡Siempre lo mismo, con usted
Manchini! ¡Lo peor es que yo lo sigo!
BIPOLAR: No sabría decirle más que
eso, es todo lo que sé.
MANCHINI: (Vencido) ¿Y ahora?
SÁNCHEZ: Yo soy el de las preguntas,
no usted, no me cambie el sentido de los personajes. Pero eso si… ¿se dio
cuenta que en la próxima función vamos a seguir esperando de gusto?
MANCHINI: Es nuestro destino de
personajes, Sánchez. Y diremos las cosas como si fuera la primera vez que las
decimos.
SÁNCHEZ: Bueno, a la gente le suele
pasar lo mismo.
MANCHINI: No, no confunda la rutina
con el teatro. Aquí nacemos cada vez y descubrimos en cada función un asombro.
Allá fuera somos conscientes de la repetición. Acá jugamos, allá, si nos pasa
eso, nos aburrimos.
SÁNCHEZ: Igual… de solo pensar que
mañana volveremos a sentarnos a esperar a Godoy me pongo ansioso.
MANCHINI: ¿Sabe qué, Sánchez?
SÁNCHEZ: Diga Manchini…
MANCHINI: ¿Sabe por qué soy un
personaje?
SÁNCHEZ: Porque lo escribieron, como
a mí.
MANCHINI: No, hombre. Es porque aún
creo que se puede cambiar al mundo desde un escenario. No al Mundo, así… todo…
en su inmensidad. No, no, los pequeños mundos de cada uno. Meter una idea,
sembrar una duda, evocar un recuerdo… Para eso somos, ¿no?
SÁNCHEZ: Si usted lo dice… ya sabe
que yo lo sigo.
MANCHINI: Entonces, mi querido
Sánchez, dejemos de esperar y salgamos. Busquemos la realidad casa por casa…
SÁNCHEZ: ¿Usted dice salir a tocar
timbre?
MANCHINI: Algo así.
SÁNCHEZ: ¿Y me tengo que poner
pollera larga y regalar revistitas?
MANCHINI: No, hombre, hablo desde la
metáfora. Hay que rescatar la realidad de cada sitio, de cada lugar, de cada
cabeza, juntar sus pedacitos y reconstruirla.
SÁNCHEZ: Nunca un objetivo pequeño,
algo fácil, usted.
MANCHINI: Porque hay que correrle los
límites a lo posible, mi querido Sánchez. ¿Se anima?
SÁNCHEZ: ¿Y qué quiere que haga?
Usted es el líder, hombre, y yo voy detrás suyo, pero con gusto, no crea.
MANCHINI: ¡Entonces, vayamos, mi
querido Sánchez! (Las brujas y el Bipolar
cuchichean)
BIPOLAR: ¿Podemos ir nosotros?
MANCHINI: ¿Y por qué no?
BRUJA 1: Copado, fierita.
BRUJA 2: ¿Pero siendo qué?
BRUJA 3: Un nombre para ser.
BIPOLAR: Todos somos Sánchez.
SÁNCHEZ: ¿Cómo?
BIPOLAR: Seremos cinco Sánchez y un
Manchini. Un líder y sus seguidores.
SÁNCHEZ: Tengo más hermanitos,
Manchini. ¡Y mi mamá nunca me lo dijo!
MANCHINI: Me siento un poco abrumado.
BIPOLAR: Vamos Manchini, que me pongo
ansioso.
BRUJA 1: Que tengo hambre.
BRUJA 2: Que tengo miedo.
BRUJA 3: Que si no, no entiendo.
MANCHINI: Lo malo de ser único es que
uno se empieza a sentir solo… pero bueno, vayamos, a por la realidad.
SÁNCHEZ: ¡Ese es el Manchini que
todos queremos ver!
LOS OTROS: ¡Grande Manchini!
MANCHINI: Al menos no podrán decir
que no lo intentamos. (Salen, pero
Sánchez se vuelve repentinamente)
SÁNCHEZ: (Al Público) Si llega a venir Godoy, díganle que mañana volvemos.
(APAGÓN)
Estrenada el 5 de mayo de 2012, con
el siguiente elenco: SÁNCHEZ: Horacio Zárate, MANCHINI: Alejandro
Leopardo; BRUJA 1: Luis Montoya; BRUJA 2: Patricia Giles; BRUJA 3: Patricia
Galaz; BIPOLAR: Nazareno Iberra. Iluminación: Diego Lanzoni; Vestuario: Marta
Marrese; Sonido, Puesta en escena y dirección: Duilio Lanzoni
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